El primer ministro de Israel sostuvo, tras el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU al plan de paz de Trump, que el futuro de la Franja debe estar libre de la influencia islamista y defendió la desmilitarización total planteada en la nueva hoja de ruta internacional
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, reiteró este martes su posición de que el grupo terrorista Hamas debe ser expulsado de Gaza y de la región, un día después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara la resolución que avala el plan de paz propuesto por Estados Unidos.
Aunque el documento respaldado por la comunidad internacional no incluye la expulsión obligatoria del grupo islamista, el gobierno israelí insiste en que la única vía hacia la paz es el “desarme total y la erradicación de la influencia de Hamas”, según afirmó la oficina de Netanyahu en una serie de publicaciones en la red social X.
Netanyahu expresó su reconocimiento por el plan del presidente Donald Trump, destacando la importancia de la desmilitarización y la desradicalización de Gaza.
“Israel extiende la mano por la paz y la prosperidad a todos nuestros vecinos y llama a los países de la región a sumarse a la expulsión de Hamas”, declaró el líder israelí. Un portavoz del Ejecutivo precisó que, en este contexto, la exigencia es “garantizar que Hamas no tenga presencia ni capacidad de gobierno en Gaza, tal como lo prevé el plan en sus puntos clave”.
El plan de Trump, compuesto por veinte puntos y ratificado por la ONU, propone un proceso de alto el fuego, la entrada de ayuda humanitaria y el despliegue temporal de una fuerza internacional para garantizar la estabilidad posconflicto.

El texto contempla la creación de una Junta de Paz que dirigirá la reconstrucción y supervisará el desarme. El acuerdo estipula amnistía para militantes de Hamas que acepten el desarme y coexistencia pacífica, así como el ofrecimiento de salida segura a terceros países para aquellos que no deseen permanecer en Gaza. No establece de forma explícita la expulsión o el desalojo total de los miembros de la organización.
La diferencia de visiones entre Tel Aviv y Washington quedó clara en este aspecto. En las últimas semanas, Netanyahu ha reafirmado también su rechazo a la eventual creación de un Estado palestino y a cualquier papel de la Autoridad Palestina en la futura administración de Gaza, especialmente tras las protestas de sus aliados ultranacionalistas al interior de su coalición.
El plan estadounidense, sin embargo, incluye cláusulas que allanan un posible camino de reformas para la Autoridad Palestina y reconoce la posibilidad de un futuro Estado, siempre bajo condiciones de seguridad y reforma institucional.
La resolución de la ONU autoriza el despliegue de una fuerza multinacional que, según el plan estadounidense, actuaría en Gaza hasta diciembre de 2027, cooperando con autoridades palestinas y con países aliados a la región. Este contingente tendrá como función principal estabilizar el territorio, monitorear los acuerdos de cese al fuego, facilitar la reconstrucción y garantizar que los flujos de ayuda humanitaria no sean interrumpidos.

La Junta de Paz, abierta a la participación de estados miembros voluntarios, gestionará los fondos y la coordinación internacional para la recuperación de Gaza.
Desde el lado palestino, Hamas criticó el plan por considerar que “no responde a las exigencias ni a los derechos políticos y humanitarios del pueblo”. En un comunicado, el grupo señaló que “la resolución impone un mecanismo internacional”, rechazando la teoría de una administración tutelada y advirtiendo que una fuerza internacional perdería su imparcialidad si interfiere directamente en el proceso de desarme.
Según la analista política palestina Reham Owda, este pronunciamiento debe entenderse más como un intento de negociar los términos del despliegue y del rol internacional, antes que una negativa absoluta.
El cese al fuego pactado el 10 de octubre bajo los auspicios del plan de Trump ha permitido una retirada parcial del ejército israelí, aunque Tel Aviv sigue manteniendo control sobre más de la mitad del territorio de Gaza. Ambas partes se acusan de violar los términos del acuerdo y la situación humanitaria sigue siendo crítica.
Con información de Reuters
