¿El Hospital Rosales fuera del MINSAL?: Un nuevo paradigma de la Salud en El Salvador

by Redacción

Una de las instituciones más icónicas y estratégicas de la salud pública en El Salvador, el Hospital Rosales, quedaría fuera del control directo del Ministerio de Salud (MINSAL) si se aprueba la propuesta de creación de la «Red Nacional de Hospitales», una nueva entidad que operaría bajo la supervisión directa de la Casa Presidencial (CAPRES).

La medida, que ha sido presentada como un paso hacia la modernización y la eficiencia, ha desatado una ola de críticas y preocupaciones por la centralización del poder y la posible privatización de los servicios de salud.

La propuesta, impulsada por el oficialismo desde el Órgano Ejecutivo, busca unificar la administración de los principales hospitales públicos del país en una sola red, argumentando que la gestión descentralizada actual es ineficiente y propensa a la corrupción. Sin embargo, para los críticos, la medida tiene un propósito más profundo: consolidar el control sobre los recursos y las decisiones de salud en el despacho del presidente, eliminando el contrapeso que representaba el MINSAL.

Históricamente, el Ministerio de Salud ha sido el ente rector de la política de salud en El Salvador. La propuesta de la «Red Nacional de Hospitales» le restaría no solo el control sobre el Hospital Rosales, sino también sobre otros centros hospitalarios clave. Esta centralización del poder de decisión en la Casa Presidencial podría tener serias consecuencias.

Analistas de la salud y la oposición señalan que esta estructura de gestión no solo podría ser más lenta y burocrática, sino que también haría que los hospitales sean vulnerables a las decisiones políticas, en lugar de a las necesidades médicas. La preocupación es que la salud pública se convierta en una herramienta política, en la que los recursos se asignen en función de criterios de conveniencia, en lugar de criterios técnicos y de servicio a la población.

Otro de los temores que ha surgido es que la creación de esta red sea el primer paso hacia una privatización encubierta de los servicios de salud. Aunque el gobierno ha asegurado que los servicios seguirán siendo gratuitos, los críticos temen que, al estar fuera del control del MINSAL, la nueva red pueda abrir la puerta a contratos con empresas privadas para la gestión de servicios, la adquisición de insumos o la construcción de infraestructura, lo que a la larga podría comprometer la calidad y la accesibilidad de la atención médica.

El Hospital Rosales, en particular, tiene un valor simbólico y estratégico. Es el principal hospital de referencia del país y un centro de formación de médicos y enfermeras. Al ponerlo bajo el control de la Presidencia, se le quita su autonomía y se le somete a un nuevo tipo de control.

La propuesta de la «Red Nacional de Hospitales» es un movimiento audaz por parte del gobierno. Sin embargo, su impacto en la salud pública y en el futuro de El Salvador es un debate que apenas comienza.

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