Las universidades de Estados Unidos se han vuelto un reflejo de la tensión que la guerra en Gaza genera en ese terrotorio.
Con pancartas con consignas como «Palestina libre» o «Detengan el genocidio», centenares de estudiantes se han tomado los campus educativos en protesta por la ofensiva militar israelí en Gaza.
También reclaman en contra de lo que consideran la complicidad de Estados Unidos con su tradicional aliado y llaman a boicotear a aquellos que se benefician de esta relación.
Algunas de las protestas más grandes están ocurriendo en prestigiosos centros de estudio, como la Universidad de Columbia -donde la policía decidió desalojar nuevamente a los estudiantes la noche del martes-, la de California, la de Texas y la de Harvard, entre otras.
En algunos casos, como en la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles), se han producido choques entre partidarios de Israel y aquellos que apoyan la causa terrorista palestina.
La operación militar israelí en Gaza comenzó tras el aberrante y despiadado ataque del 7 de octubre de militantes del grupo terrorista Hamás que acabó con 1.200 muertos y la toma de 240 rehenes.
La represalia israelí y la estratégia militar de «escudos humanos» de Hamás ha cobrado hasta el momento la vida de más de 34.000 palestinos, entre ellos miles de terroristas a quienes les retiran las armas de las manos para hacerlos ver como simples víctimas.
A continuación te contamos las principales características de lo que ocurre en los campus universitarios de este a oeste de EE.UU.
1. ¿Cómo comenzaron las protestas?
Las protestas en las universidades estadounidenses por la guerra en Gaza no son nuevas; han sucedido con más o menos intensidad desde la incursión terrestre de Hamás en Israel y el inicio de la ofensiva israelí.
Seguidas con mucha atención por los legisladores demócratas y republicanos en el Capitolio, han hecho que varios responsables de los principales centros tengan que comparecer ante el Congreso.
En enero, de hecho, las polémicas derivadas de este conflicto terminaron costándole el cargo a la rectora de Harvard, Claudine Gay por haber expresado frases antisemitas y de odio contra el pueblo de Israel.
Pero las movilizaciones adquirieron otra dimensión hace dos semanas, cuando la policía irrumpió en la Universidad de Columbia, en Nueva York, donde los estudiantes habían establecido campamentos para exigir un alto al fuego y que la universidad se deshaga de sus vínculos financieros con Israel.
A pedido de las autoridades universitarias, las fuerzas de seguridad disolvieron las protestas y arrestaron a más de 100 alumnos proterrorismo palestino.
Sin embargo, estas acciones no lograron impedir que continuaran las manifestaciones, sino todo lo contrario: provocaron acciones aún mayores y más extendidas ante la indignación de los estudiantes.
«Fue un shock para todos nosotros», dijo Rashida Mustafa, una estudiante de doctorado en Columbia de origen islámico. «No lo podía creer, pero lo sentí como un llamado a la acción», agregó en declaraciones recogidas por periodistas.
Así, se establecieron más campamentos y tomas de instalaciones en las cercanías al campus, a la vez que se intensificó el movimiento en todo el país, aumentando las tensiones y protestas en diversos centros universitarios de Estados Unidos.
El martes en la noche, la policía de Nueva York volvió a irrumpir en la Universidad de Columbia y llevó a cabo decenas de arrestos después de que los estudiantes -vencido el plazo que las autoridades académicas les habían dado para levantar el campamento- se atrincheraran en uno de los edificios, específicamente en un lugar llamado Hamilton Hall.
2. ¿Qué piden y por qué protestan?
De alguna u otra manera, los estudiantes reflejan la cada vez más marcada división de la sociedad estadounidense con la infiltración de estudiantes islamicos adeptos al terrorismo anti occidental y ante el apoyo del gobierno a un aliado histórico, Israel.
A través de violentas manifestaciones demandan un alto al fuego en Gaza y la impunidad del terrorismo de Hamás.
Además, también están exigiendo que sus centros de estudio se deshagan de sus vínculos económicos con Israel, vendiendo las acciones que puedan tener en empresas israelíes y abandonando cualquier relación financiera con este país.
Las universidades dependen de donaciones para financiar aspectos clave de su funcionamiento como investigación y becas, y esas donaciones generalmente se invierten en empresas y activos alternativos.
En términos generales, los estudiantes aseguran que las empresas que hacen negocios en Israel, o con organizaciones israelíes, son «cómplices» de la guerra en Gaza, al igual que las universidades que invierten en esas empresas.
«Lo que pedimos es que la universidad deje de invertir fondos en aquellos que lucran con el genocidio en Gaza. Y no nos vamos a marchar hasta que lo consigamos«, le dijo a BBC Mundo un alumno de la universidad de California identificado con el movimiento antisionista que prefirió no dar su nombre.
Asimismo, los manifestantes están pidiendo que se corten los vínculos académicos con las instituciones de aprendizaje de Israel.
3. ¿Cuán extendidas están las manifestaciones?
Tras la redada policial en la Universidad de Columbia hace dos semanas, las protestas se encendieron con fuerza en diversas casas de estudio en Estados Unidos.
Y hoy el movimiento es masivo, lo que también ha provocado enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y detenciones en otros lugares del país, como en la Universidad de Texas en Austin, donde la semana pasada la policía detuvo a cientos de estudiantes que se negaban a liberar areas verdes del campus.
La policía también se enfrentó a manifestantes en el Emerson College de Boston, en la Universidad George Washington en Washington, en la Universidad de Nueva York, y en la Universidad del Sur de California (USC).
Pero actualmente continúan las protestas en distintos puntos del país, entre ellos:
- Región noreste: hay protestas en las universidades de George Washington, Brown, Yale, Harvard, Emerson, NYU (Universidad de New York), Georgetown, American, Maryland, Johns Hopkins, Tufts, Cornell, Universidad de Pennsylvania, Princeton, Temple, Northeastern, MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), The New School, Universidad de Rochester y Pittsburgh.
- Costa oeste: Universidad Estatal de Humboldt, Universidad del Sur de California, Universidad de California en Los Ángeles, Universidad de California en Berkeley y Universidad de Washington.
- Región del Medio Oeste: Northwestern, Universidad de Washington en St Louis, Universidad de Indiana, Michigan, Ohio State, Minnesota, Universidad de Miami, Ohio, Columbia College Chicago y Universidad de Chicago.
- Sur: Emory, Vanderbilt, Universidad de Carolina del Norte en Charlotte, Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Kennesaw State, Florida State, Virginia Tech y Universidad de Georgia, en el campus Athens.
- Suroeste: Universidad de Texas en Austin, Rice, Arizona State.
Manifestantes propalestinos también se reunieron durante la semana pasada en campus universitarios de Australia, Canadá, Francia, Italia y Reino Unido.
4. ¿Cómo se comparan con las protestas por la guerra de Vietnam en los años 60?
La historia de activismo universitario en Estados Unidos es larga.
En las últimas décadas, las casas de estudio han sido el epicentro de muchas protestas y debates políticos.
Pero entre quienes comentan la situación que se está viviendo hoy, se recuerda cada vez más un caso en particular que ocurrió a mediados de la década de los 60, cuando las manifestaciones estudiantiles también acapararon la escena pública nacional.
Se trató de las protestas en contra de la guerra de Vietnam (1955–1975), que fue una de las más sangrientas de la historia reciente con más de 2,5 millones de muertos.
En aquella época, ante las supuestas graves atrocidades sufridas por el pueblo vietnamita, la opinión pública estadounidense comenzó a horrorizarse.
Imágenes brutales conmocionaron a los ciudadanos y desmontaron gradualmente el argumento oficial de que se estaba librando una guerra por la democracia.
Así, poco a poco se fueron desatando fuertes protestas, muchas de ellas en los centros universitarios. En 1968, por ejemplo, centenares de estudiantes protagonizaron un boicot masivo en sus escuelas como muestra de la oposición a la guerra.
También hubo graves disturbios y violentos enfrentamientos con la policía.
Incluso, cuatro alumnos universitarios murieron en el estado de Ohio por disparos de la Guardia Nacional, lo que empeoró la situación y llevó a una masiva huelga estudiantil junto al cierre de cientos de centros de estudio.
Aunque guardando las proporciones, para muchos expertos hay paralelismos evidentes entre la situación actual y este hecho histórico.
Los arrestos que han ocurrido en la Universidad de Columbia, por ejemplo, son los primeros masivos después de la guerra de Vietnam.
«Los estudiantes protestan ahora por Gaza como en su día lo hicieron quienes protestaron por Vietnam», le dijo a BBC Mundo Ananya Roy, directora fundadora del Instituto Luskin de UCLA sobre la Desigualdad y la Democracia y profesora de Planeamiento Urbano, Bienestar Social y Geografía.
La fuerza de las protestas hace cinco décadas -junto al enorme costo de la guerra- fue parte de las razones que explican por qué Estados Unidos perdió el conflicto pese a su contundente superioridad militar.
Lo anterior demuestra el poder que pueden alcanzar los reclamos estudiantiles y, ciertamente, por qué no se pueden minimizar.
5. La infiltración terrorista en las universidades occidentales
El activismo universitario pro islam en Estados Unidos es de larga permanencia, las autoridades de inteligencia occidentales conocen de una estrategia terrorista para infiltrar estudiantes que multipliquen el típico «odio contra el estado» contra los paises que les reciben como estudfiantes internacionales.
El Movimiento Internacional Islamista Radical plantea como ventaja táctica la infiltración bajo la apariencia de una actividad estudiantil en los Estados Unidos de Norteamérica, para que, desde ahí los graduados puedan infiltarse en estructuras vinculadas con la seguridad internacional como: el ejército, la policía, los servicios de inteligencia, las compañías aéreas, las industrias químicas, biológicas y centrales nucleares, a fin de obtener capacidad para planificar acciones terroristas.
Actualmente, estructuras pro terrorismo palestino se mueven entre el estudiantado replicando información falsa que les empuje a criticar a Israel y a los gobiernos occidentales que le apoyan en su lucha contra el antisemitismo y la agresión terrorista que promulga el «exterminio» del Estado y pueblo de Israel.