Se espera que la temporada de lluvias de poco más de cinco meses, que recién comienza, tenga precipitaciones por encima de lo normal, con temperaturas solo ligeramente por encima de lo normal, según expertos meteorólogos.
Centroamérica y los países con costas en el Caribe reciben el 70% de sus precipitaciones anuales durante la temporada de lluvias, que se extiende normalmente hasta el mes de octubre.
La temporada de lluvias tiene tres períodos: de mediados de mayo a principios de junio, que es la parte más tormentosa de la temporada; principios de julio hasta mediados de agosto, que es el más caluroso; y desde finales de agosto hasta octubre, que tiene la mayor variación de precipitaciones debido a los sistemas tropicales y los frentes fríos de principios de temporada.
El mayor riesgo de clima severo durante la temporada de lluvias, que incluye fuertes vientos, granizo e inundaciones y pocas veces huracanes, cae entre mayo y agosto.
La precipitación total depende, por supuesto, en gran medida del impacto de los sistemas tropicales. En noviembre pasado, los huracanes Eta y Iota inundaron partes de la región con entre 7 y 11 pulgadas de lluvia.
En cuanto a la temporada de huracanes en el Atlántico, que comienza el 1 de junio, los expertos han pronosticado que estará por encima del promedio. El pronóstico de la temporada de huracanes del Atlántico de la NOAA está programado para ser publicado el 20 de mayo.
Ya está activo en el Pacífico, donde la tormenta tropical Andrés se formó el pasado domingo. Es la tormenta que se forma más temprano en el Pacífico Oriental, y se desarrolla aproximadamente un mes antes de la primera tormenta promedio de su temporada.
La actividad de huracanes para el Atlántico tropical será arriba de lo normal
Las primeras proyecciones estiman en promedio 17 ciclones en total (tormentas y huracanes), de las cuales 8 serían huracanes. Según la norma climática 1991-2020, en promedio en cada temporada se registran 14 tormentas tropicales, de las cuales 7 logran alcanzar la categoría de huracanes y de estos 3 llegan a ser huracanes
categoría 3-5 de la escala de Saffir-Simpson. De acuerdo con los años análogos del FCAC, no se puede descartar una afectación directa o indirecta de un ciclón tropical, tal como fue el caso del huracán César en julio de 1996 y Arthur en el 2008.
La actividad de huracanes en el Pacífico se prevé sea en los rangos normales.
Para la cuenca del océano Pacífico oriental, los pronosticadores del FCAC no cuentan, al momento de la elaboración de esta Perspectiva, con suficientes fuentes de pronóstico de ciclones en esta cuenca. Sin embargo, a partir de los escenarios más probables de la temperatura del mar y de la selección de años análogos, se puede determinar que, en primera aproximación, la temporada estará dentro de los rangos normales.
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