Nuevos estudios afirman que si todas las peronas usaran máscaras en público, eso podría ser suficiente para prevenir una segunda ola de infecciones y más casos de COVID-19.
Aunque la gente ha adquirido masivamente este nuevo hábito, todavía hay muchos que se reusan a usar los tapabocas.
Dos estudios de las universidades de Cambridge y Greenwich en el Reino Unido concluyeron que esta simple medida de salud pública es eficaz en sí misma, sin necesidad de volver a las cuarentenas estrictas.
En los Estados Unidos
Puerto Rico ya suma más de 5,000 casos de COVID-19. El estado asociado, junto con 14 estados continentales. son ahora epicentro de la pandemia.
Expertos en salud pública están rogando a la población que sigan respetando la distancia social, que ha demostrado ser una de las medidas más eficaces para detener la propagación del coronavirus.
Las protestas a nivel nacional y mundial por la muerte del afroamericano George Floyd en manos del policía Derek Chauvin han generado preocupación por la dificultad para mantener el distanciamiento social de 6 pies (2 metros) entre personas.
«Existe un riesgo real de infección», dijo a NBC News el doctor Holger Schünemann, profesor de medicina y epidemiología clínica en la Universidad McMaster en Canadá. «Es pura lógica, la situación aumenta el riesgo de una propagación del virus».
Schünemann y sus colegas analizaron 172 estudios para evaluar qué tan bien han funcionado las medidas de control de infecciones para frenar la propagación de COVID-19, así como otros dos coronavirus, SARS y MERS.
Descubrieron que mantenerse al menos a 3 pies de distancia de los demás reduce el riesgo de transmisión al 2.6%, frente al 12.8%, entre aquellos en contacto físico más cercano. Por supuesto, enfatizan, la distancia ideal es la de 6 pies.
En Latinoamérica
Con los casos aumentando drásticamente en la región, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) dijo que Latinoamérica es ahora el epicentro de la pandemia de COVID-19.
Los números cambian segundo a segundo. Al 5 de junio, el nuevo coronavirus circulaba en los 33 países de la región, con más de 920,000 casos y 50,000 muertes.
Expertos dicen que esta situación era predecible considerando la falta de preparación y la actitud de ciertos líderes que consistentemente llamaron al nuevo y letal virus «un simple resfriado», como el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
Incluso el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, desestimó el avance de COVID-19.
Las consecuencias de este retraso en la reacción se están viendo ahora, dijo la OPS.
Un nuevo informe del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas alertó sobre una grave consecuencia socioeconómica de COVID-19: 14 millones de personas en la región están al borde del hambre por la crisis que ha generado la pandemia.
El informe indica que el número de personas que pasan hambre se elevará de 3.4 millones a casi 14 millones en el curso de 2020.
Y esta ola de hambre está afectando especialmente a las áreas megaurbanas, en donde ya el 17% de la población tiene una sola comida al día.
El 69% de los hogares en Latinoamérica y el Caribe se han visto afectados económicamente por la pandemia.
Cuarentenas
Los países de Latinoamérica y el Caribe siguen bajo cuarentena, y no hay reaperturas completas en el horizonte.