De día, éste es uno de los lugares turísticos más visitados en Tijuana, Baja California. Por las noches es un punto de encuentro entre quienes quieren brincar a Estados Unidos y los que cobran por ayudarlos. Al menos así era hasta hace un par semanas.
Este hombre ronda los 40 años. No da su nombre ni detalles de su historia, pero accedió a hablar para Despierta con Loret.
Lleva cerca de siete meses cruzando a migrantes centroamericanos hacia Estados Unidos.
En la plaza cierra el trato. Ahí les explica hasta donde tendrán que caminar para llegar a “su pedazo” de valla.
Dice que desde que México firmó el acuerdo con Estados Unidos el flujo de personas ha bajado de manera considerable.
Un promedio por semana estaba pasando unos, de 8 a 10 personas al día y pues ahorita ya la mera verdad son 2 o 3 al día. Está un poco más tensa la cosa. Tanto para mí, como para los amigos que están llevando a la gente hasta adentro”, narra el pollero.
Él no se anima a llevar migrantes hasta Los Ángeles, California. Por ahora, sólo cobra por ayudarlos a brincar la valla para que ahí mismo se entreguen a la Patrulla Fronteriza y soliciten asilo.
Si son hombres, ellos brincan solos. Yo nomás pongo la escalera y les abro los alambres hacia un lado para que no se corten, pero cuando son mujeres me subo especialmente yo para que no se lastimen o se corten”, agrega el pollero.
Gana 500 pesos por “jale”, es decir por cada persona que cruza. Lo mismo por cada niño. No importa si pueden pasar caminando entre los barrotes.
Dice que autoridades federales han llegado hasta el “parque de la amistad” a detener migrantes sin papeles. Algo que no se había visto en la zona.
Más o menos ya tiene una semana que empezó con esto que están viniendo los militares, la Marina y Migración mexicana”, explica.
¿A cuántas personas se han llevado que ibas a pasar?, pregunta la reportera de Despierta.
El otro día iba a pasar a tres personas y ya no llegaron para acá. Los agarraron allá arriba y se los llevaron”, añade.
Los que logran llegar al punto de reunión esperan en esta especie de campamento. Aquí se preparan para brincar la valla de poco más de tres metros de altura.
Él les pone una escalera que esconde cerca de la valla y para que los migrantes no se lastimen corta parte del alambrado de púas que instala la Border Patrol (Patrulla Fronteriza).
Como esto lo hacía seguido, los agentes estadounidenses se acercaban a reclamar.
Se muestran molestos. Unos dicen nada, pero los que son racistas son los que empiezan a gritar ‘pinches mexicanos’”, dice el pollero.
Del lado de la playa aún son evidentes los intentos de pase. Aquí está abierta la doble protección de la valla.
Los guardias dicen que esto no es reciente y que cada vez hay menos migrantes merodeando la plaza en las noches. Detenerlos en México pareciera que está funcionando.
Ya se detuvieron, ya no están pasando porque también México ya los está deportado para su país”, agrega el pollero.
Crisis de seguridad en Tijuana frena llegada de migrantes
La crisis de seguridad que vive Tijuana también los frena.
Hay un conflicto especialmente aquí en la frontera norte de Tijuana por la razón que hay peleas y conflictos entre polleros… que él cruza por esta área… el que manda soy yo y luego si alguien más entra con otro pollero, vienen con otro grupo y son baja pollos… entonces tantas cosas que les pasan”, señala Alberto Rivera, del albergue AGAPE Misión Mundial.
Gloria salió de El Salvador el 13 abril. Tiene 21 años y viaja con sus dos hijos, de 5 y 2 años de edad.
Está varada en Tijuana desde abril, esperando cita para tramitar el asilo. Su intención era llegar a Los Ángeles. Durante el trayecto cuidó que las autoridades migratorias no la detuvieran, pero nunca se imaginó que un grupo armado frenaría su ingreso a Estados Unidos justo cuando ya había cruzado.
Llegaron unos hombres y me jalaron de atrás. Eran como siete hombres y me jalaron y en lo que me jalaron mi pie se quedó atorado en la lámina. Solamente me decían que cómo les iba a pagar, que les podía pagar de muchas maneras y que eran siete y que a los siete les podía dar placer y les dije que no”, narra Gloria.
Los hombres entraron a territorio estadounidense y regresaron a los niños que ya habían avanzado más de 20 metros.
Se metieron, se jalaron primero a la niña y el niño se quedó llorando”, recuerda Gloria.
Volvieron por el niño y les dieron cinco minutos para irse de ahí. Dice que le advirtieron que en esa zona ellos tienen el control y nadie cruza sin pagarles.
Gloria tiene miedo de volver a El Salvador, pero no intentará cruzar de nuevo la frontera. Dice que si Estados Unidos le niega el asilo, su última apuesta podría ser pedir refugio a México.
Con información de Noticieros Televisa