“Me dirijo a usted con un sabor agridulce por el contexto en que entregamos esta distinción honorifica. El pueblo salvadoreño siente cariño, agradecimiento y generosidad por lo que ustedes han brindado a nuestro país”, manifestó el presidente del Congreso unicameral, Norman Quijano.
Quijano destacó los lazos de amistad entre El Salvador y Taiwán, afirmando que participó en el acto oficial de cierre de la sede diplomática que el lunes cerró sus puertas y se anunció que el sábado saldrán del país todos sus funcionarios.
La mayor fuerza política del país, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), ha prometido que si gana las próximas elecciones presidenciales del 2019, reanudará las relaciones diplomáticas y comerciales con Taiwán, y Quijano le pidió a la exembajadora que dejara en el Congreso el pabellón de su país.
“En nombre de todo el pueblo salvadoreño le pido que nos deje su bandera en el sitial de banderas como símbolo de la amistad y cariño que no muere, y estoy convencido que más temprano que tarde vamos a volver a arriar el pabellón de su patria”, manifestó Quijano.
Por su parte el diputado Mario Ponce, del Partido Concertación Nacional, dijo que “tenemos la presencia de una embajadora que ha dejado huella en nuestro país. Es un momento difícil. Respetamos, pero no compartimos la decisión del gobierno”.
“Taiwán será y seguirá siendo nuestro embajador en el Pacífico, nosotros aspiramos a ser vuestra embajada en Centroamérica”, agregó el diputado Rodolfo Parker, del Partido Demócrata Cristiano.
La decisión de entregarle el reconocimiento a la exembajadora de Taiwán, se alcanzó con los votos de los 84 diputados y con el apoyo de todos los partidos políticos, incluido el oficialista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).