Las víctimas quedaron atrapadas en sus viviendas cuando fueron alcanzadas por una correntada, mezcla de lava y lodo, producto de la erupción del coloso, que este domingo entró en actividad.
La tragedia se produjo a eso de las 15 horas, de acuerdo con pobladores, quienes temen que más personas se encuentren atrapadas en medio de los escombros.
Los cadáveres de las víctimas, entre ellas el de una mujer embarazada, quedaron tirados sobre el material volcánico.
Según testimonios de afectados, en la zona ha llovido mucho y al parecer una correntada de lava se desvió y al unirse con lodo tomó mayor velocidad, por lo cual muchas personas no pudieron escapar.
Los gritos de auxilio de afectados que lograron ponerse a salvo, pero que no han sido rescatados se escuchan, mientras los socorristas hacen esfuerzos para ponerlos a salvo.
El portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), David de León, precisó que hasta las 21 horas se reportan 653 albergados, 378 en Escuintla y 275 en Sacatepéquez, dos de los cinco más afectados por la erupción.
Asimismo, dijo que las tareas de búsqueda y rescate de fallecidos o desaparecidos se suspendieron debido a poca luz en la zona y los peligros. Las tareas se reanudaron la madrugada del lunes.
El material volcánico ha cubierto al menos cinco departamentos, entre ellos Escuintla, Guatemala, Chimaltenango, Quiché y Sacatepéquez.
Socorristas permanecen en el lugar y tratan de ayudar a los sobrevivientes, algunos de los cuales se pueden ver cubiertos totalmente de ceniza.
La nueva y fuerte erupción, la segunda del año, del volcán de Fuego inició este domingo con explosiones y provocando una columna de ceniza de más de 11 kilómetros sobre el nivel del mar.
El coloso, de 3.763 metros de altura, se ubica entre los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, a 50 kilómetros al oeste de la capital.
También dijo que convocó para esta noche a un Gabinete de Ministros para evaluar si se declara un estado de calamidad en los departamentos de Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango por el desastre.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) recomendó a la población que vive en los alrededores del volcán que cubra los alimentos y recipientes donde almacenan agua para consumo humano, para evitar cualquier contaminación.
Por la erupción, según la Unidad de Prevención de Volcanes (UPV), se observaron avalanchas y flujos piroclásticos que descienden por las barrancas Las Lajas y Onda.
«Esta es la erupción más grande desde 1974, hemos tenido erupciones constantes pero no de esta dimensión, en esta han descendido hasta ocho kilómetros de lava de gran magnitud», dijo Gustavo Chigna, experto del Instituto Nacional de Sismología y Vulcanología a medios locales.
«La erupción continúa, se mantiene y la actividad se puede mantener por algunas horas más, y entrando la noche será sumamente peligroso, porque no hay forma de evacuar o mirar los caminos», alertó.
En su primera erupción del año, el pasado 1 de febrero, el volcán estuvo 20 horas en actividad, tiempo durante el cual expulsó flujos de lava y causó actividad sísmica y explosiones.
En esa ocasión la caída de ceniza afectó a las comunidades de Santa Sofía, Morelia, El Porvenir, Finca Palo Verde, Sangre de Cristo, San Pedro Yepocapa, Panimaché 1 y 2, Alotenango, Ciudad Vieja y La Antigua Guatemala.
Autoridades de aeronáutica civil de Guatemala informaron del cierre del Aeropuerto Internacional La Aurora, el más grande del país, por la presencia de ceniza volcánica.