Luego que un tribunal autorizara la exhumación de un cuerpo localizado en el cementerio municipal de San Francisco Javier, Usulután, se comprobó que no se trataba de una agente policial desaparecida en diciembre pasado a manos de un compañero, dejando una vez más en evidencia la pobre capacidad de investigación de las autoridades salvadoreñas.
El director de la corporación policial, Howard Cotto, realizó en persona la verificación del procedimiento.
El fiscal general, Douglas Meléndez, informó el lunes que el cuerpo estaba en una tumba ubicada en el cementerio de la localidad, sin embargo, una vez más se equivocó.
El director de la PNC, Howard Cotto, confirmó a periodistas que después de que «los especialistas levantaran el féretro, y ha simple vista se detectan los restos humanos de una persona, que no corresponden a nuestra compañera agente Carla Ayala»
El hijo de la mujer que estaba legítimamente enterrada en el nicho que fue exhumado había advertido que el trabajo de la Policía y la Fiscalía era una “chambonada”
La persona, que se mostró ofendido mientras exhumaban a su madre, advirtió en repetidas ocasiones a las autoridades que se trataba de Paula Castro Lobo de 91 años y no a la mujer policía, sin embargo, nadie le hizo caso. Don José Antonio (hijo de la desenterrada) advirtió a un reportero de LaGaceta503 que podría tomar medidas legales contra las autoridades que vulneraron el cuerpo sin vida de su madre.
Cotto pidió disculpas a la familia de la anciana cuyo cuerpo había sido enterrado en el nicho, pero una familiar dijo ante varios periodistas que “no es justo remover un cadáver”
«Señor Howard Cotto, solo le quiero hacer una pregunta: ¿Ya se enteró que mi madre es la que está enterrada allí?, le espetó un familiar del agente Juan José Castillo, al director de la PNC tras la exhumación del cadáver.
Finalmente el jefe policial dijo que “continuaremos en otras líneas, otras hipótesis que ya tenemos para dar tanto con el paradero del prófugo como el de nuestra compañera”