El gobierno de Emmanuel Macron implementará desde el próximo mes de septiembre una de las medidas de educación que tanto prometió en su campaña presidencial: se trata de la prohibición a los estudiantes de escuelas, hasta los 15 años, de utilizar sus teléfonos celulares en los establecimientos educativos.
El ministro de educación Jean-Michel Blanquer aseguró que se trata de «un mensaje de salud pública para las familiares».
«A veces, se necesita un móvil por razones relacionadas con la enseñanza. Sin embargo, su uso debe de estar controlado», manifestó el ministro. Y agregó: «Es bueno que los niños no estén tan a menudo, o incluso nunca, delante de una pantalla con siete años de edad».
Docentes y padres se han mostrado divididos en los últimos meses ante esta iniciativa, que comenzará a regir desde el comienzo del próximo ciclo lectivo.
«Con los directores, maestros y padres, debemos encontrar una manera de proteger a los alumnos de la pérdida de concentración a través de pantallas y teléfonos», agregó.
De acuerdo con Philippe Tournier, director de una escuela de París, el 40% de los castigos a alumnos están relacionado con el uso de celulares. Sin embargo, reconoció que resulta difícil frenar esa práctica sin inspeccionar o revisar los bolsos de los chicos.
Hasta el momento no está claro cómo funcionará la prohibición. El ministro de Educación sugirió tiempo atrás que una alternativa es instalar taquillas para que los alumnos guarden allí sus teléfonos durante el horario escolar.
Antes las críticas, Blanquer consideró que si el gabinete de Macron, durante las reuniones de ministros, pueden guardar sus dispositivos móviles, entonces «cualquier grupo humano, incluida una clase» puede hacer lo mismo.
Como en varios países de Europa, en algunas escuelas, por decisión propia, ya se aplica esta norma. Un profesor de Rueil-Malmaison compartió con el diario Le Figaro su metodología: «En una caja ubicada sobre la mesa a la entrada de mi clase los alumnos guardan sus teléfonos móviles. Nunca he tenido ningún problema. Se necesitan dos minutos al comienzo de cada hora».
En otro colegio del área de Essonne, los chicos colocan sus teléfonos en bolsas con sus respectivos nombres en una oficina que se encuentra a la entrada del establecimiento. Al final de la jornada, los retiran.
Gerard Pommier, quien encabeza «Peep», una de las asociaciones de padres más grandes del país, mostró su escepticismo, según un artículo publicado por The Telegraphen diciembre pasado. «Imagínense una escuela secundaria con 600 alumnos. ¿Van a poner todos sus teléfonos en una caja? ¿Cómo los almacenan? ¿Y los devuelven al final?», consultó.
«Uno debe vivir con los tiempos. Sería más inteligente plantear reglas y discutir su significado con los alumnos», añadió.
La medida, no obstante, no impide a los jóvenes llevar sus teléfonos a las escuelas primarias y secundarias. La idea del ministerio es limitar su uso tanto en las aulas como en los recreos y las horas de almuerzo, para así fomentar las interacción personal.
«Este anuncio del Ministerio de Educación nos deja dubitativos porque estamos teniendo problemas para entender cuál es el asunto real aquí. En general, estamos acostumbrados a ser lógicos y pragmáticos sobre estas cosas, pero no encontramos lógica o pragmatismo en este anuncio», señaló el vocero sindical, Philippe Vincent, citado por El Mundo.
Algunas escuelas en diferentes países de Europa ya aplican esta medida. No obstante, con esta iniciativa, una de sus principales promesas de campaña en lo que respecta a la educación, el jefe de Estado galo busca darle un marco legal a una discusión que fue rechazada de lleno en las últimas gestiones en Francia. En 2011, el entonces ministro de Educación, Luc Chatel, del ex presidente Nicolas Sarkozy, opinó: «El uso de los móviles ha entrado en los hábitos diarios modernos. No podemos ignorar la necesidad de comunicarse, especialmente entre los niños y sus padres, quienes están en demanda, naturalmente fuera de las horas de clase».
Los «ring tones» serán reemplazados por voces humanas
Otra medida que busca implementar el Ejecutivo es formar grupos de coros en todas las escuelas. Los niños tendrán la opción de cantar en la banda dos horas a la semana. De acuerdo al portal France24, en la actualidad una de cada cuatro escuelas francesas tiene un coro.
«La idea es llevar la cultura al aula», reconoció meses atrás la ministra de cultura, Françoise Nyssen.
El repertorio propuesto será una mezcla de música clásica y melodías populares, incluidos algunos clásicos franceses de Jacques Brel, Edith Piaf o el himno nacional francés, «La Marsellesa».