Vitaly Ganchev, jefe administrativo designado por Rusia de la región de Kharkiv, en el noreste ocupado de Ucrania, se jactó de haber rechazado un ataque de las fuerzas ucranianas y de haberle infligido grandes pérdidas. La ciudad clave de Balakliia, dijo a la televisión estatal rusa, “está bajo nuestro control”.
La euforia le duró muy poco a Ganchev. El sábado por la mañana, varios vídeos publicados en las redes sociales mostraban a las tropas ucranianas atravesando lo que Ganchev había afirmado anteriormente que era territorio ocupado por Rusia. En uno de los videos se veía a soldados ucranianos izando una bandera celeste y amarilla sobre la ciudad de Balakliia. Otro mostraba a los vecinos festejando y recibiendo a los soldados liberadores con besos y tortas caseras.
Y no es solo Balakliia sino que unas horas más tarde los ucranianos ya estaban a las puertas de la ciudad clave de Izium y el resto de la región de Kharkiv donde la contrraofensiva lanzada esta semana está haciendo huir a las tropas de ocupación rusas. En las redes sociales se pueden ver videos de las rutas colapsadas por los prorusos que huyen hacia la frontera. Finalmente, el Ministerio de Defensa ruso tuvo que admitir el mal trago y anunció que está retirando las fuerzas de las ciudades de Izyum y Balakliya para reagruparlas en la región del Donetsk. Una justificación similar a que dio el Kremlin para retirar sus fuerzas de la región de Kiev a principios de este año después de fracasar en su intento de tomar la capital ucraniana.
Las fotos satelitales muestran el desplazamiento de convoyes ucranianos desplazándose rápidamente hacia el este, hacia Kupiansk. La captura de de esa pequeña ciudad podría amenazar las líneas de suministro rusas a Izium. Mientras que en Telegram y Twitter aparecieron decenas de videos de la liberación de Balakliiya. En uno se puede ver a una campesina llorando sorprendida cuando ve pasar un soldado ucraniano frente a su casa. Y en otra un grupo de vecinos con banderas celeste y amarillas tratando de detener el auto en el que escapaban unos colaboracionistas. “Hemos encontrado un punto débil en el que el enemigo no estaba preparado”, dijo el asesor presidencial Oleksiy Arestovych en un vídeo publicado en YouTube.
De todos modos, la situación es fluida, y los nuevos avances ucranianos pueden ser disputados mientras Rusia estabiliza su respuesta. La contraofensiva en el este se produjo en paralelo a una ofensiva en el sur que fue preparada durante meses, en torno a la capital regional de Kherson. Rusia se vio obligada a redesplegar tropas para reforzar sus defensas en esta zona, lo que dejó sus fuerzas restantes en el este más dispersas y facilitó el avance ucraniano. Las fuerzas de Vladimir Putin sufren el síndrome de la frazada corta, apenas descuidan un flanco, los atacan por otro. No tienen suficientes hombres como para conquistar y ocupar al mismo tiempo.
Este progreso en el frente del este se suma a un avance más lento y limitado en el sur, en torno a Kherson, y marca un cambio sustancial en la relación de fuerzas en el frente antes de que llegue el invierno duro a la región. El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), el centro de estudios con sede en Washington, estimó en su último informe que Ucrania había recuperado más de 2.500 kilómetros cuadrados en su avance hacia el noreste. Agregó que parecía que “las fuerzas rusas desorganizadas estaban atrapadas en el rápido avance ucraniano”. El presidente Zelensky, el viernes, había dicho que sus tropas ya habían reconquistado más de un millón de kilómetros cuadrados.
La rapidez del avance tomó por sorpresa incluso a los funcionarios ucranianos. El portavoz de la cancillería, Oleh Nikolenko, sugirió que las tropas ucranianas habían retomado Kupiansk, una ciudad situada a lo largo de la principal ruta de suministro a Izyum, desde hace mucho tiempo un foco en la línea del frente ruso y el centro de los combates de la artillería pesada. Nikolenko tuiteó una foto que mostraba a soldados del 92º Batallón Mecanizado Separado de Ucrania frente a lo que dijo era un edificio gubernamental en Kupiansk, a 73 kilómetros al norte de Izium. Pero en ese mismo momento las tropas ya estaban en las puertas de Izium y los soldados subían fotos a las redes mostrando el control abandonado por los rusos frente al monumento con el nombre de la ciudad.
Mientras que en Telegram y Twitter aparecieron decenas de videos de la liberación de pueblos y ciudades. En uno se puede ver a una campesina llorando sorprendida cuando ve pasar a un soldado ucraniano frente a su casa de Balakliiya. Y en otra un grupo de vecinos con banderas celeste y amarillas tratando de detener el auto en el que escapaban unos colaboracionistas. “Hemos encontrado un punto débil en el que el enemigo no estaba preparado”, dijo el asesor presidencial Oleksiy Arestovych en un vídeo publicado en YouTube.
El general de brigada Oleksiy Gromov, representante del Estado Mayor de Ucrania, corroboró esta información y dijo en una sesión informativa el viernes que las tropas ucranianas habían avanzado 50 kilómetros en el territorio previamente ocupado por Rusia cerca de Kharkiv. La cuenta de Twitter del denominado “Mapa de la Guerra de Ucrania” dio una lista de varios pueblos cercanos a Kharkiv que habían sido liberados por el ejército ucraniano tras permanecer durante seis meses en manos rusas: Semenivka, Volokhiv Yar, Vovchyi Yar y Kalynivka. “La contraofensiva puede cambiar definitivamente la guerra en favor de Ucrania”, escribió.
El jefe del Estado Mayor Conjunto del Pentágono, general Mark Milley, también confirmó que Ucrania había logrado avances tangibles en los últimos días, pero trató de moderar las expectativas de lo que probablemente seguirá siendo una campaña sangrienta. “Hay combates -tanto ofensivos como defensivos- desde Kharkiv hasta Kherson. Es una situación aún muy fluida. Hay que ser precavidos”, dijo.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), el centro de estudios estadounidense, dijo en su evaluación de la campaña del viernes que las fuerzas ucranianas ya estaban a menos de 20 kilómetros del “nodo logístico clave” de Rusia en Kupyansk. “Es probable que las fuerzas ucranianas capturen Kupyansk en las próximas horas, degradando severamente, pero no cortando completamente, las líneas de comunicación terrestres rusas (GLOC) hacia Izium”, añadió el ISW.
El gobierno de Kiev impuso amplias restricciones a la información sobre su ofensiva militar, lo que dificulta la verificación independiente de las afirmaciones. Pero los relatos de los testigos, las autoridades ucranianas locales, los funcionarios rusos por delegación, los vídeos geolocalizados en las redes sociales y las imágenes por satélite ofrecen una ventana a las operaciones ucranianas que se están llevando a cabo en múltiples frentes.
El comando militar ruso en Moscú informó el viernes que está enviando refuerzos, desplegando el recién formado 3er Cuerpo de Ejército -compuesto por entre 10.000 y 20.000 soldados- al frente oriental. Putin parece estar convencido de que la contraofensiva ucraniana no tiene ninguna posibilidad de cambiar el rumbo de la guerra y que la llegada del invierno le será favorable para sus planes de invasión. En una rara charla pública esta semana, William J. Burns, el director de la CIA, aseguró que de acuerdo a sus informaciones Putin cuenta con que la determinación occidental se debilitará a medida que se acerca el invierno y se disparen las facturas de la calefacción. Moscú busca explotar la dependencia de Europa de su gas natural y energía para causar una presión económica que haga que muchos de los ahora aliados de Ucrania, dejen de serlo. “Creo, y mis colegas de la C.I.A. creen, que Putin está tan equivocado en esa apuesta como lo estaba en sus suposiciones que se remontan al pasado mes de febrero sobre la voluntad de resistencia ucraniana”, aseguró Burns.
Mientras tanto, la preocupación global por la posibilidad de un desastre nuclear sigue estando centrada en la central atómica de Zaporizhzhia. La OIEA, la agencia de naciones unidas para el control nuclear informó de nuevos bombardeos cercanos a la ciudad de Enerhodar, donde vive el personal que opera la planta, habían destruido la infraestructura eléctrica y que eso supone una amenaza para el normal desarrollo de las operaciones y el crucial enfriamiento de los reactores. Las líneas eléctricas externas de la planta, vitales para evitar una posible fusión nuclear, ya fueron cortadas. “Es una situación insostenible y cada vez más precaria. Enerhodar se ha quedado a oscuras. La central no tiene energía externa. Y hemos visto que una vez que se repara la infraestructura, se vuelve a dañar”, informó el jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica, el argentino Rafael Grossi.
Por ahora, las tropas ucranianas no pueden liberar la zona alrededor de la central. Los rusos ocultan sus lanzamisiles debajo de los reactores nucleares.