El Salvador cumplió este jueves un año desde que se detectó el primer caso de infección de la COVID-19, período en el que oficialmente fallecieron cerca de 2.000 personas, surgieron dudas sobre la transparencia en el manejo de la emergencia y se consolidó el respaldo de la población a la gestión del presidente Nayib Bukele.
El 18 de marzo de 2020, el Gobierno anunció el primer caso de coronavirus en una persona que viajó a Italia que habría entrado al país por un punto ciego -zona no autorizada- en la localidad de Metapán, departamento fronterizo con Guatemala de Santa Ana.
El Salvador registra actualmente 62.531 casos confirmados, de los que 1.962 fallecieron, 993 se mantienen «activos» y 59.576 se recuperaron.
En lo que va del 2021, el Ministerio de Salud (Minsal) ha registrado 16.016 nuevos contagios y 619 muertes.
El descuido del personal Sanitario
De acuerdo con las cifras de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social en El Salvador (Almes) y Movimiento por la Salud «Dr. Salvador Allende», la pandemia ha cobrado la vida de 200 empleados del sistema sanitario público y privado en estos doce meses.
Fátima Arias, portavoz de Almes, indicó a la prensa que se trata de 91 médicos, 40 empleados de enfermería, 34 administrativos, 33 personas con otras profesiones y 2 estudiantes de medicina, todos muertos por ausencias de protección del Sistema de Salud salvadoreño.
Añadió que están a la espera de que se cumpla un decreto de la Asamblea Legislativa, respaldado por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), sobre un seguro de vida para beneficiar a las familias del personal de salud fallecido por la COVID-19.
Por su parte, Salvador Monroy, cuya esposa falleció por el virus y trabajaba en el área social de un hospital público, participó el jueves en un homenaje al personal sanitario víctima del coronavirus.
«Pasó 11 días luchando con la enfermedad y el 5 de septiembre del año pasado me dieron la noticia que había fallecido», relató a periodistas y pidió que se fortalezca la ayuda a las familias.
El Salvador informó a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el fallecimiento de 71 «trabajadores de la salud» y el contagio de 6.609, según el informe de Actualización Epidemiológica Enfermedad por coronavirus (COVID-19) del 9 de febrero pasado, cifra por demás reducida en su realidad por el Gobierno.
La vacunación, «saludar con sombrero ajeno»
El Ministerio de Salud ha aplicado unas 41.500 medias vacunas contra el coronavirus SARS-CoV-2 de la farmacéutica británica AstraZeneca, aseguró este jueves el Ministro de Salud, Francisco Alabi.
El Salvador recibió el pasado 17 de febrero un lote de 20.000 dosis supuestamente compradas por el Gobierno y otras 33.600 donadas bajo el sistema COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 12 de marzo.
De las 53.600 dosis que el país recibió, le restan 12.100, sin que el Gobierno haya informado una nueva fecha para el arribo de más vacunas, lo que debe ser a tiempo de cubrir las medias dosis aplicadas a personal de Salud.
El Salvador se encuentra en vacunación por detrás de Costa Rica y Panamá, que más que lo quintuplican en la vacunación, pues han aplicado cerca de 250.000 y 266.298 dosis, respectivamente.
El Gobierno salvadoreño apuesta por la «inmunidad de rebaño» para enfrentar la pandemia y su Ministerio de Salud tiene como objetivo vacunar a 4,5 millones de personas de meas de seis millones de habitantes.
La cantidad de vacunas que ha recibido el país alcanzarían para inocular la primera dosis del 1,19 % de la población salvadoreña estimada para alcanzar la «inmunidad de rebaño».
Respaldo político
El Salvador sometió a una especie de examen popular la gestión del presidente Bukele en las elecciones legislativa y municipales del pasado 28 de febrero, en las que la imagen del mandatario le dio una amplía victoria al partido oficialista Nuevas Ideas (NI).
Los resultados preliminares de los comicios dan cuenta de que NI, dirigido por un primo del mandatario, contaría con unos 56 legisladores desde el 1 de mayo próximo, por lo que no necesitará de ninguna alianza para aprobar los proyectos del presidente Bukele.
La pandemia de la COVID-19 le permitió al Gobierno contar más de 3.200 millones de dólares en recursos extraordinarios para atender la pandemia, dineros de los que se desconoce su destino.
Sin embargo, el Ejecutivo de Bukele entregó durante el confinamiento un bono de 300 dólares a unas 750.000 familias, además del reparto de «millones de paquetes alimentarios en todo el territorio», según la Presidencia.
Según analistas salvadoreños y extranjeros, estas entregas posiblemente difuminaron los señalamientos de posibles actos de corrupción y de atropellos de derechos humanos atribuidos al Gobierno.
La Fiscalía General de la República (FGR) anunció a mediados de noviembre pasado que abrió investigaciones por 17 casos de supuestas compras irregulares tras una alerta dada por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en El Salvador (Cicies), de la Organización de los Estados Americanos (OEA), sin embargo, como en la mayor parte de las investigaciones abiertas por el Ministerio Público, las investigaciones desaparecen y nunca prosperan.
El hospital utilizado para «propaganda de Estado» y aún inconcluso
El Gobierno de El Salvador puso bajo secreto por al menos 7 años la información oficial relacionada con la atención de la pandemia de la COVID-19, incluidos los datos vinculados con el manejo hospitalario, compras de alimentos e informes de la Policía, de acuerdo con documentos consultados por periodistas.
Hace un año, el presidente Bukele anunció la adecuación del Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) para convertirlo en el hospital «más grande de Latinoamérica» para atender casos de covid-19 con capacidad para 12.800 pacientes (la aseveración mereció burlas de nacionales y extraños).
A la fecha, el Gobierno únicamente ha inaugurado dos fases apenas remodeladas con «tablayeso» y el edificio principal sigue en obras bajo el hermetismo oficial. No es más que un «cascarón mal hecho» advirtió un médico a periodistas recientemente.
Tras dar varios plazos para concluir la tercera fase del hospital, el ministro de Obras Públicas, Romeo Herrera, dijo a diputados del Congreso que será terminado «en el primer trimestre del 2021», es decir en no más de dos semanas, según un boletín oficial.
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Con información de Efe y Agencia Digital de Noticias -ADN-