Uganda, Eswatini y Ghana han dicho que no permitirán que Estados Unidos deporte a Kilmar Abrego García a sus territorios. Abrego García fue deportado por error a El Salvador en marzo. Más tarde fue traído de vuelta a EE.UU para enfrentar cargos por tráfico de personas.
El proceso de deportación se detuvo abruptamente cuando los tres países se negaron a confirmar la nacionalidad de Abrego García. La confirmación de identidad es un paso crucial: la nación receptora debe emitir un documento de viaje (un «laissez-passer») que certifique que el individuo es su ciudadano antes de que pueda desembarcar.
Otros argumentos para la negativa a la deportación a sus países:
- Uganda: No reconoce vínculos con Ábrego García y rechaza su ingreso.
- Eswatini: También se niega a recibirlo, sin antecedentes de relación diplomática o migratoria con el acusado.
- Ghana: Emitió una declaración oficial a través del ministro de Asuntos Exteriores, Samuel Okudzeto Ablakwa, afirmando que “Ghana no acepta a Abrego García. No puede ser deportado a Ghana”.
Implicaciones legales y diplomáticas
Expertos en derechos humanos advierten sobre los riesgos de deportaciones a terceros países sin vínculos claros, incluyendo posibles violaciones al debido proceso y al principio de no devolución (non-refoulement). El caso ha reavivado el debate sobre deportaciones arbitrarias y acuerdos bilaterales migratorios.