Seguridad sin inversión: ¿Por qué El Salvador no convence a los inversionistas internacionales?

Aunque el Gobierno de El Salvador ha desplegado una intensa campaña internacional destacando sus avances en seguridad, los resultados en atracción de inversión extranjera directa (IED) siguen siendo mixtos. A pesar de una reducción histórica en los índices de criminalidad, la confianza de los inversionistas internacionales no ha despegado como se esperaba.

Más seguridad, pero menos certeza jurídica

Expertos señalan que la seguridad física —aunque esencial— no es suficiente para atraer capital extranjero. Lo que los inversionistas valoran aún más es la seguridad jurídica, es decir, la garantía de que sus inversiones estarán protegidas por un marco legal estable y transparente. En El Salvador, la concentración de poder político, la destitución de jueces y fiscales, y la aprobación de leyes sin consulta previa han generado una percepción de riesgo institucional.

Datos contradictorios

  • Según el Banco Central de Reserva, El Salvador recibió $322.24 millones en inversión extranjera en el primer trimestre de 2025, un aumento del 64% respecto al mismo período del año anterior.
  • Sin embargo, informes de organismos internacionales como la CEPAL y el Departamento de Estado de EE.UU advierten que el país sigue rezagado frente a sus pares regionales como Guatemala, Honduras, Costa Rica, Nicaragua y Panamá.
  • En 2022, El Salvador incluso registró cifras negativas en IED, perdiendo más de $100 millones.

Factores que frenan la inversión

  • Inseguridad jurídica y concentración de poder
    La falta de independencia judicial y la aprobación de leyes sin debate generan incertidumbre.
  • Apuesta limitada por sectores productivos
    El enfoque gubernamental en criptomonedas y turismo no ha diversificado suficientemente la economía.
  • Débil institucionalidad y transparencia
    La eliminación de contrapesos y la opacidad en el manejo de fondos públicos afectan la confianza empresarial.
  • Entorno regulatorio impredecible
    Cambios abruptos en normativas y falta de diálogo con el sector privado complican la planificación de inversiones.

Aunque El Salvador ha logrado avances notables en seguridad ciudadana, la inversión extranjera requiere mucho más que calles tranquilas. Sin un entorno institucional sólido, políticas públicas claras y garantías legales, los inversionistas seguirán viendo al país como un destino de alto riesgo. La propaganda de seguridad, por sí sola, no basta para construir confianza económica.

Related posts

La Fed refleja pesimismo sobre el crecimiento de la actividad económica en EE.UU

Valor del bitcóin no dinamizará la economía salvadoreña

La ‘Guerra de Aranceles’ de Trump enfrenta reciprocidad global y consecuencias económicas