“Murió libre y esta libre”, dijo Zuri, la hija del general Efraín Rios Montt en su sepelio.
El General se marchó sin honores de Estado, en un acto íntimo, no porque no tuviese derecho a ellos, sino que, para evitar que la hiel y el odio de la izquierda utilizara su cuerpo inerte como una excusa para “armar relajo”, algo en que los de izquierdas son expertos.
Acompañado por una amplia representación militar, Rios Montt fue depositado para su descanso eterno en el cementerio de La Villa Guadalupe, en la zona 14 de la capital de Guatemala.
Sus familiares declinaron trasladar el cuerpo al Palacio Legislativo “para evitar todo tipo de confrontación”, según su abogado, Jaime Hernández.
Asimismo, aclaró la familia y sus abogados, para el dolor de los izquierdas, que: El General “no fue declarado genocida” legalmente.
Varios militares, viejos y de nueva escuela se hicieron presentes en el camposanto, luciendo galas militares sobrias y entre muchas frases de respeto y amor a la patria dijeron:
“Gracias a Dios el general se hizo cargo de la estrategia política, económica y militar. Será ejemplo de no haber dejado entrar al comunismo. En Guatemala amamos a Dios, estamos en contra de las teorías que no aman a Dios”.
“Yo de él nunca recibí una instrucción fuera de la Constitución”.
“Si hubiese habido más tiempo, todo esto estaría lleno, vendrían del Oriente, del interior, porque saben lo que hizo por el país”.
Turno para las salvas.
Primer batallón.
Segundo batallón.
Tercer batallón.
El sonido metálico de los fusiles. El respeto militar. La noción del “Cuerpo Militar”
“Cuando Ríos Montt cobró el primer cheque de presidente me dijo que no vino a cobrar salarios sino a servir y lo entregó al fondo común”.
“A 36 años del movimiento del 23 de marzo recordamos que dignificó el país, recuperó las instituciones y la dignidad, que estaban a punto de ser tomadas por la guerrilla comunista. No eran solo 60.000 combatientes, también millón y medio de civiles, de fuerzas irregulares. ¿Por qué la guerrilla no tomó el país? Porque ustedes, los oficiales jóvenes, dieron el golpe de Estado y pusieron al general Ríos Montt”.
Pero, ¿Quien fue Efraín Rios Montt?
(Huehuetenango, 1927) Político y militar guatemalteco, presidente de la República entre 1982 y 1983. Director de la Academia Militar, era general cuando presentó su candidatura a las elecciones presidenciales de 1974 y fue derrotado. Jefe de la Junta militar que ocupó el poder después del derrocamiento de Fernando Romeo Lucas García en 1982, se proclamó presidente de la República y asumió los poderes.
Gracias al golpe de Estado Ríos Montt gobernó Guatemala durante 17 meses y, como resultado detuvo la agresión comunista que desangró a Guatemala por más de treinta años.
Aunque en Guatemala era repudiado por muchos, algunos lo consideraban un héroe al asegurar que su política de “frijoles y fusiles” –alimentos para quienes se declararan fieles al gobierno y el uso de armas para combatir a las guerrillas– ayudó a que Guatemala no cayera en manos de los violentos grupos marxistas.
Uno de los admiradores de Ríos Montt era el expresidente estadounidense Ronald Reagan. Cuando se reunieron en 1982, dijo que al general le daban “una mala reputación respecto a los derechos humanos”.
“Sé que el presidente Ríos Montt es un hombre con una gran integridad y compromiso”, dijo Reagan. “Sé que quiere mejorar la calidad de vida de todos los guatemaltecos y promover la justicia social. Mi gobierno hará todo lo que pueda para respaldar sus esfuerzos progresistas”.
Tras apenas dieciséis meses en el gobierno, un nuevo golpe de estado dirigido por el general Óscar Humberto Mejía Víctores depuso a Ríos Montt. Tras la reinstauración de la democracia en el país en 1986, Ríos Montt intentó acceder de nuevo a la presidencia por la vía electoral. Pero tanto en las elecciones de 1990 como en las de 1995 su candidatura fue inhabilitada por el Tribunal Supremo Electoral en base al artículo constitucional que veta a los antiguos mandatarios que hubieran accedido a la presidencia de la República por vías no democráticas.
Una izquierda vengativa y llena de odio lo acusó de crímenes de guerra cometidos bajo su mando y organizaciones de derechos humanos hicieron lo suyo.
El juicio contra Ríos Montt empezó en enero de 2013. Él y su exjefe de inteligencia fueron acusados por las masacres en quince poblados ixiles en los que fueron asesinados 1711 hombres, mujeres y niños desarmados.
“Nunca lo hice”, dijo el general, entonces de 86 años, durante el juicio. “Y de todo lo que han dicho no ha habido ninguna prueba que evidencie mi participación”.
El 10 de mayo de 2013 el general retirado del Ejército fue encontrado culpable de genocidio y delitos de lesa humanidad y condenado a 80 años de prisión. Sin embargo, diez días después la Corte de Constitucionalidad (CC), la máxima instancia jurídica de Guatemala, anuló la sentencia por fallos en el proceso y ordenó un nuevo juicio.
La exfiscal general y jefa del Ministerio Público entre 2010 y 2014, Claudia Paz y Paz, que llevó al general golpista ante la Justicia, destacó que el militar murió encarando la Justicia. ”Murió enfrentando la justicia.”
Doce horas después de morir, el General de generales, como le llamó su hija, Zuri, ya había sido enterrado.