¡Suena fácil! Desde su propia computadora descargue de Internet unos detallados planos y luego, con el software y el equipo apropiados y utilizando la nueva tecnología de impresión en 3D, proceda a crear ese objeto de sus sueños o sus pesadillas.
A grandes rasgos, eso podría bastar para que, a partir del 1 de agosto, en Estados Unidos una persona pueda “imprimir” en casa un rifle semiautomático AR-15 u otras armas de fuego. Y aunque hay algunos requerimientos técnicos y costos de por medio, se trata de una inquietante apertura en la capacidad de las personas de construir su propio armamento al margen de muchas de las regulaciones vigentes en la materia y, por añadidura, de hacerlo sin dejar rastro, pues las armas impresas en 3D no necesariamente tienen números de serie que permitan identificarlas o asociarlas con un usuario o propietario.
Todo ello es consecuencia de un acuerdo del Departamento de Estado para cerrar el litigio judicial que tenía con Cody Wilson y su empresa Defense Distributed, con sede en Texas.
En 2012, como se narra en Vice News, Wilson creó los planos para producir con una impresora 3D una pistola, bautizada ‘Liberator’. Era un diseño al parecer más bien simple y con capacidad para un solo tiro. Sea como sea, se trataba de un arma de fuego y Wilson permitió la libre descarga en Internet del plano de la pistola ‘Liberator’.
Wilson considera a su labor como una forma contestataria, un anarquismo que busca, como se comentó en el citado portal, eludir el control gubernamental y emprender cambios sociopolíticos. Y Wilson compara a Defense Distributed con Wikileaks o la criptomoneda bitcoin: “es la gente quien crea formas de anarquía y empuja al gobierno fuera de ciertas esferas”, dijo a Vice News.
El plano de la pistola ‘Liberator’ fue descargado decenas de miles de veces y, en la práctica, era un paso punzante hacia lo que algunos han considerado el “fin del control de armas”.
Pero al poco de que Wilson colocó ese plano en Internet, el Departamento de Estado ordenó su retiro, al considerar que violaba las leyes de exportación de armas y, un proceso legal que duró varios años comenzó. Wilson demandó al gobierno alegando que se violó su derecho a la libre expresión.
Finalmente, como informó hace algunos días el periódico Dallas Morning News, el Departamento de Estado aceptó un acuerdo para poner fin al litigio con Wilson, lo que implica que su empresa Defense Distributed podrá difundir los planos de sus armas de fuego y, con ello, permitir que quien lo desee y cuente con acceso a la tecnología de impresión 3D apropiada, pueda imprimir sus propios arsenales. El 1 de agosto es la fecha fijada para la apertura de esa caja de pandora.
Wilson, quien se ha autodenominado un “criptoanarquista”, frontalmente consideró el acuerdo favorable con el Departamento de Estado como la muerte del control de armas en Estados Unidos y lo expresó así en Twitter.
En realidad, la posibilidad de que una persona arme en casa sus propias armas de fuego no es nueva y se han construido armas improvisadas por mucho tiempo, si bien sus capacidades y durabilidades son limitadas y su producción ha sido cuantitativamente muy reducida.