Recomendaciones para prevenir el ACV por stress

El accidente cerebrovascular o ACV es una emergencia médica semejante a un infarto cardíaco, y se produce cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre y oxígeno al cerebro se obstruye o se rompe. Las primeras cuatro horas y media son cruciales para la atención de quien sufre un accidente cerebrovascular o ACV: desde el momento en que se inicia, por cada minuto se mueren 2 millones de neuronas, de ahí la importancia de actuar con velocidad.

Los estudios demuestran que sí existe una asociación entre accidente cerebrovascular, ya sea isquémico o hemorrágico, y estrés que puede ser el psicosocial o estrés laboral. Especialmente cuando este estrés es crónico.

En el estrés se liberan catecolaminas, sustancias como adrenalina, noradrenalina y cortisol. Por ejemplo, el cortisol retiene agua, retiene sodio, lo que puede aumentar la presión arterial. La presión arterial puede dañar a las arterias cerebrales. Y si a esto le asociamos un incremento del azúcar, o sea la diabetes, que también puede inducirse por estrés, y aumento de las grasas, como el colesterol, que también se ven en el estrés crónico, todo este cóctel puede generar que una arteria se enferme, lo que conocemos como aterosclerosis, pero en vez de atacar una arteria coronaria, ataca una arteria del cerebro. Se produce el llamado accidente de placa, o sea se lastima la arteria, se genera un coágulo, y eso es el ACV isquémico. Por otra parte, por los mismos factores, una arteria puede debilitarse, puede enfermarse, y se rompe una arteria en el sistema nervioso central, una arteria del cerebro, y se produce un accidente cerebrovascular hemorrágico.

Según un informe de Organización Mundial del Accidente Cerebrovascular – Comisión de Neurología de Lancet, se prevé que la mortalidad mundial por ACV aumentará en un 50% y se cobrarán 9,7 millones de vidas al año para 2050. El informe afirma que esa emergencia médica es la segunda causa de muerte, la tercera causa de discapacidad y uno de los principales orígenes de la demencia en todo el mundo. Y destaca: “Es alarmante que la incidencia de accidentes cerebrovasculares esté aumentando en personas jóvenes y de mediana edad (es decir, menores de 55 años) a nivel mundial”.

El ACV es una emergencia médica semejante a un infarto cardíaco, y se produce cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre y oxígeno al cerebro se obstruye o se rompe

En los últimos años, se ha observado un aumento preocupante de la incidencia de ACV en menores de 50 años. Este fenómeno, que anteriormente se asociaba a adultos mayores, ahora se está convirtiendo en un desafío. El incremento de la enfermedad cerebrovascular en menores de 50 años es un fenómeno multifactorial, donde los factores de riesgo cardiovascular, el estilo de vida poco saludable, el consumo de sustancias, el estrés y los factores genéticos pueden contribuir de manera significativa.

La hipertensión arterial, el tabaquismo, la obesidad (que muchas veces viene de la mano con la diabetes y el colesterol elevado), generan, ya sea juntos o por separado, un incremento significativo en la aparición de ACV, especialmente del tipo hemorrágico, que es el más peligroso, ya sea por su alta mortalidad como así también por las secuelas que este deja, y es especialmente preocupante ya que condiciona la vida futura de gente joven.

Las primeras 4,5 horas tras un accidente cerebrovascular (ACV) son esenciales, con 2 millones de neuronas muriendo cada minuto. El rápido tratamiento es crucial para la supervivencia y recuperación del paciente

Un lugar especial en las causas lo ocupa el consumo de drogas, especialmente la cocaína. No hay excusas para llamarlas drogas “recreativas”, son tremendamente dañinas a nivel del sistema cardiovascular y una de las causas principales de infarto de miocardio, aun con las coronarias sanas.

Síntomas a los que se debe estar atentos porque se puede estar en presencia de un ACV:

– Cara: asimetría en la sonrisa. Una comisura caída.

– Habla: dificultad de la persona para pronunciar (“habla arrastrada”). También que no comprenda lo que se le dice.

– Brazo y/o pierna: pérdida de fuerza, de golpe, súbita.

– Dolor de cabeza de máxima intensidad, con o sin síntomas neurológicos.

La presencia de cualquiera de estos síntomas (con sólo uno es suficiente) es motivo para consultar urgente, no automedicarse y concurrir al hospital. “Tiempo es cerebro”, dicen los expertos.

Como prevenir el ACV

Los especialistas siempre dicen que lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro. Los factores de riesgo actúan sobre todas las arterias del organismo. Si lo hacen en el corazón, generan placas de ateroma que llevan a un infarto; si lo hacen en las arterias del cerebro, causan un ACV, por lo tanto, si los tenemos en cuenta estaremos protegiendo ambos órganos con los mismos cuidados.

La meditación es una excelente herramienta para el control del estrés

Es importante, obviamente, tratar de disminuir el nivel de estrés en el cual estamos viviendo. Sabemos que estrés es algo que se produce cuando hay un desacople entre expectativas y la realidad. La realidad no la podemos cambiar, cambiemos las expectativas, y una manera de cambiar las expectativas es empezar a cambiar nuestras propias autoconversaciones en el cerebro, no exigirnos tanto, tener rutinas más saludables, y obviamente acá entra mucho en juego lo que es un estilo de vida saludable.

Además, hay que “conocer tres números”.

-Qué presión arterial tenemos

-Qué valor de colesterol tenemos, especialmente el colesterol ‘malo’, el LDL colesterol, que es el que ayuda a obstruir las arterias

-Qué valor de glucemia tenemos, o sea el azúcar en sangre, ya que la diabetes es una enfermedad que ataca directamente los vasos sanguíneos, tanto del corazón como del cerebro. 

Además, el experto recomendó seguir dos hábitos:

-Comer saludable: “Si está excedido, baje de peso”, dijo.

-Hacer actividad física

Por último, agrego un consejo: “dejar de fumar”.

Las 5 recomendaciones para prevenir el ACV

Los hábitos de vida saludables son clave para evitar eventos de salud como el ACV


Hacer al menos 150 minutos por semana de actividad física aeróbica
, por ejemplo una caminata vigorosa.

No fumar

Bajar de peso si se está excedido. “Alimentarse con una dieta sana, como la dieta mediterránea, baja en carnes rojas, sal y grasas saturadas y rica en pescado, verduras, cereales y legumbres”, recomendó Boskis.

Limitar la cantidad de alcohol diario

Conocer qué valores de presión, colesterol y azúcar tiene su organismo.

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