Sophie Marceau es una mujer multifacética. Si bien es más conocida como actriz, también se ha inclinado por la dirección y la escritura. Su salto a la fama se produjo a comienzo de los años ‘80 con las películas La Boum (1980) y La Boum 2 (1982), que le valieron un Premio César a la mejor actriz revelación. Pero en las últimas horas esta francesa de 56 años obtuvo gran repercusión pública durante una entrevista en la que estaba presentando su libro de poemas, relatos y fábulas, La Souterraine, ya que se autodefinió sapiosexual.
Si bien no es un vocablo demasiado conocido, Marceau no está hablando de nada nuevo, sino de una característica de algunas personas que ha existido siempre. Se trata de la preferencia sexual o romántica por personas inteligentes, anteponiendo esta condición al atractivo físico. Esta atracción no implica que no se valora el físico, sino que la inteligencia, la cultura o el carisma de la otra persona juega un papel principal a la hora de enamorarse.
Aunque se trata de un aspecto de la personalidad poco explorado por estudios científicos, psicólogos de la Universidad de Australia Occidental realizaron un trabajo en 2018 en el cual definieron a la persona sapiosexual como “un individuo que considera que los altos niveles de inteligencia (CI) son la característica sexualmente más atractiva de una persona”. La investigación fue publicada en 2018 en Science Direct y difundida también en su web por la Asociación de Psicólogos de Estados Unidos (APA, por sus siglas en inglés).
En verdad, no se trata de una orientación sexual y tampoco de una patología. Como se mencionó, uno de esos pocos estudios científicos que existen al respecto lo llevó cabo esa universidad australiana sobre 383 personas de una edad promedio de 25 años. De esta forma, detectó que, “en promedio, el percentil 90 de inteligencia (CI ≈ 120) fue calificado como el más atractivo sexualmente y el más deseable en una pareja a largo plazo”. Sin embargo hallaron que el 8,1% y el 1,3% de la muestra expresaron su preferencia por personas en los dos rangos superiores del nivel intelectual.
“Los resultados se interpretaron como una sugerencia de que, para la mayoría de las personas, un CI muy alto en una pareja (CI 135 +) no es el nivel de inteligencia más atractivo, lo que puede considerarse un apoyo a una versión de la hipótesis del umbral de inteligencia. Por último, aunque la sapiosexualidad puede ser un constructo psicológico genuino, parece estar influida por factores no intelectuales”, dijeron los expertos. Los psicólogos concluyeron que “para algunas personas, la percepción de altos niveles de inteligencia en otra persona es tan sustancial que puede inducir excitación sexual, más que cualquier otro atributo”.
Como estas personas se caracterizan por sentir una atracción genuina por esas personas altamente inteligentes, suelen buscar parejas entre ellas. Si bien no existe un estudio que lo sostenga, se estima que hay más mujeres que varones sapiosexuales. Por otra parte, como no es una orientación sexual, es una particularidad tanto de heterosexuales como homosexuales u otras.
La Real Academia Española aún no lo incorporó como un vocablo del idioma castellano. El término, según algunos medios, se habría originado en el blog LiveJournal en 1998, cuyo autor creó el neologísmo que luego se popularizó.