El expresidente Mauricio Funes Cartagena (FMLN/2009-2014) aseguró que la investigación y las órdenes de captura en contra de algunos allegados y exfuncionarios de su Gobierno son «arbitrarías» y «responden a una persecución política».
Funes, asilado en Nicaragua, manifestó, en una entrevista telefónica con un canal de televisión que las «acciones» realizadas por la Fiscalía «son parte de una negociación que el fiscal (Douglas Meléndez) esta pactando con la derecha, particularmente con ARENA (Alianza Republicana Nacionalista) para ganarse su confianza y obtener los votos que necesita para reelegirse».
«No me cabe ninguna duda de que aquí hay una clara persecución política y que se está haciendo uso del aparato de justicia del Estado para perjudicarme», expresó el expresidente fugitivo, quien huyó a Nicaragua con su compañera de vida y dos de sus hijos desde el 1 de septiembre de 2016.
Entre las personas involucradas en actos de corrupción cometidos durante el Gobierno de Funes están su actual pareja, Ada Michelle Guzmán, y el empresario Miguel Menéndez, a quienes Funes defiende y aseguró que «no benefició» durante su mandato.
«No voy a negar que (Miguel Menéndez) es mi amigo, pero de eso a que mi Gobierno o yo lo hayamos favorecido con contratos, que fueron ganados lícitamente, hay una gran diferencia», apuntó el presunto delincuente.
Una corte civil salvadoreña condenó en noviembre pasado Funes y a su hijo Diego Funes Cañas, a «restituir al Estado» más de 419.000 dólares tras encontrarlos responsables de enriquecimiento ilícito.