El Departamento de Energía de Estados Unidos confirmó el descubrimiento de una reserva de litio de 3.400 kilotones en California, específicamente en el área del Salton Sea, configurándose como uno de los yacimientos más grandes a nivel mundial. Este hallazgo, junto con la identificación previa de un importante depósito en el volcán McDermitt Caldera de Nevada con potencial de producción de entre 20.000 y 40.000 kilotones de litio, posiciona a Estados Unidos con la capacidad de satisfacer varias veces la demanda global de este mineral crítico para la transición energética y la fabricación de baterías.
Hasta la fecha, la nación norteamericana dependía casi exclusivamente de importaciones para cubrir sus necesidades de litio, siendo China el líder mundial en la capacidad de refinación de este mineral. Ahora, la explotación de los yacimientos domésticos podría disminuir significativamente esta dependencia, a la vez que impulsaría la creación de miles de empleos de clase media en el sector de energías limpias.
Expertos en política mineral y energética, como Heather Exner-Pirot del Macdonald-Laurier Institute, subrayaron ante el Congreso de los EEUU la importancia de este avance para la seguridad energética y la competitividad estadounidense en un mercado dominado por actores internacionales, especialmente en momentos de tensión geopolítica.
A pesar de los desafíos técnicos y de infraestructura que implica el desarrollo de estos yacimientos, la legislación reciente, como la Ley de Reducción de la Inflación, ofrece marcos financieros y regulatorios favorables para la inversión en la extracción y procesamiento de litio dentro del territorio estadounidense. Dicha legislación, combinada con un esfuerzo concertado por parte de inversores y políticos, podría catapultar a Estados Unidos al frente de la producción de litio, alineando ambiciones económicas con objetivos de seguridad nacional y transición hacia energías más limpias.
Además, el liderazgo político estadounidense, incluidos el mandatario Joe Biden y el ex presidente Donald Trump, ha reconocido la necesidad crítica de fortalecer la capacidad nacional en minerales esenciales y de reducir la dependencia de proveedores extranjeros, especialmente aquellos que representan desafíos geopolíticos.
Este enfoque nacional se ve reforzado por llamados bipartidistas en el Congreso para impulsar la manufactura de baterías y la investigación en tecnologías de almacenamiento de energía dentro del país, destacando la urgencia de actuar ante el dominio de China en el sector.
La explotación de los depósitos de litio en California y Nevada no solo promete fortalecer la seguridad energética estadounidense, sino también revitalizar la manufactura nacional y contribuir a la reducción de la dependencia económica y energética de actores extranjeros. Este paso podría ser decisivo en la consolidación de una cadena de suministro más resiliente y sostenible para el sector de energías renovables, en un momento crítico de transición hacia economías de bajo carbono.
Las mayores reservas de litio explotables del mundo están en el Triángulo del Litio de Sudamérica, que comprende Bolivia, Chile y Argentina. Mientras que Chile ha sido un aliado productivo de Estados Unidos, Bolivia y Argentina han enfrentado enormes barreras económicas y políticas para la producción.
“Para los productores latinoamericanos, los auges y caídas del sector minero continuarán desafiando economías y presupuestos, incluso mientras entramos en un ciclo de alza de commodities”, reveló Exner-Pirot, y resaltó que ahora Estados Unidos tiene la oportunidad de eliminar intermediarios y asegurar su propio suministro en un mercado volátil.
La experta en política de minerales críticos, explicó ante el Congreso que los descubrimientos son “buenas noticias para los objetivos de transición energética y seguridad de Estados Unidos”. Añadió que el país debe asegurarse de poder competir con otros productores más baratos y establecidos si quiere utilizar estos descubrimientos para la exportación.
Con una base estadounidense, Estados Unidos puede controlar su suministro de litio y baterías, asegurando que ningún país extranjero como China o Rusia pueda cerrar el grifo nunca más. Los adversarios norteamericanos han demostrado una y otra vez su disposición a usar la dependencia económica y energética como arma para influir en sus intereses, incluso llegando a cortar el suministro de energía crítica durante un período de guerra como muestra de fuerza a sus adversarios. La explotación de reservas de litio en suelo estdaounidense resolvería este problema.