Estados Unidos profundizó su campaña de máxima presión sobre el régimen de Nicolás Maduro tras el fallido intento de la oposición la semana anterior por forzar una transición política, al ofrecer un alivio a las sanciones vigentes para los jerarcas de las Fuerzas Armadas que respalden al líder opositor, Juan Guaidó.
El gobierno de Donald Trump anticipó además que enviará en junio y durante cinco meses un buque hospital al Caribe y América del Sur para responder a la crisis humanitaria en Venezuela, y anticipó que tiene lista una nueva ronda de sanciones contra los 25 magistrados que integran el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela.
El vicepresidente, Mike Pence, anunció las nuevas medidas en la Conferencia de las Américas en el Departamento de Estado, en la primera movida contra Maduro por parte del gobierno de Trump luego del fracaso de la «Operación Libertad», el alzamiento militar orquestado por Leopoldo López y Guaidó, la semana anterior, para intentar forzar una transición política luego de que se complicaran negociaciones entre la oposición y el chavismo.
«Estados Unidos considerará el alivio a las sanciones a todos aquellos que estén dispuestos a dar un paso adelante, defender la constitución y apoyar el estado de derecho», afirmó Pence.
Además, anunció el levantamiento de las sanciones al General Manuel Cristopher Figuera, quien fue desplazado del del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), la policía política del chavismo comandada por militares y que se encarga de las detenciones de los opositores.
Antes del anuncio de Pence, Caracas había ofrecido su propia respuesta al levantamiento: el Tribunal Supremo, que responde a Maduro, procesó a siete diputados opositores por traición y rebelión.
El máximo tribunal procesó a los diputados Henry Ramos Allup; Luis Florido; Marianela Magallanes; José Simón Calzadilla; Américo De Grazia; Richard Blanco, y Andrés Velázquez fueron acusados por la Fiscalía General por los supuestos delitos de «traición a la patria, conspiración, instigación a la insurrección, rebelión militar, concierto para delinquir, usurpación de funciones e instigación pública a la desobediencia», según un comunicado.En los últimos dos años ha habido profundas transformaciones en América latina