El primer ministro, Benjamín Netanyahu, volvió a ponerse al frente de las encuestas por primera vez desde mayo del año pasado, al ser elegido como candidato preferido para liderar el país en un sondeo emitido anoche por la principal cadena de noticias, el Canal 12.
Según la encuesta, un 36 % de los votantes preferiría a Netanyahu como mandatario frente al ministro del Gabinete de Guerra (y líder del partido Unidad Nacional) Benny Gantz, que cosechó un 30 % de los apoyos en una comparación con el polémico primer ministro.
Netanyahu también fue el favorito en las comparaciones con otras figuras de la oposición, como Yair Lapid o Avigdor Liberman.
La popularidad de Gantz, que a lo largo de su carrera ha sido jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y ministro de Defensa, se disparó a raíz de los ataques de Hamás del 7 de octubre y el comienzo de la guerra en Gaza, y llegó a acaparar un 45 % de los apoyos (frente al 27 % de Netanyahu) en una encuesta en diciembre.
Según el sondeo más reciente del Canal 12, Unidad Nacional sí adelantaría al Likud de Netanyahu en escaños si se celebrasen hoy elecciones a la Knéset (Parlamento israelí), aunque con menos margen que en la encuesta de diciembre, cuando el partido de Gantz le sacaba 19 escaños al Likud.
La remontada del mandatario coincide con el ultimátum de Gantz del pasado 19 de mayo, cuando el ministro amenazó con abandonar el Gobierno de emergencia -al que se sumó desde la oposición tras los ataques de Hamás- si para el 8 de junio no se ha presentado un plan de posguerra para Gaza.
Su salida no sería suficiente para acabar con el Gobierno de coalición, pero sí apuntalaría la dependencia de Netanyahu de sus socios de ultraderecha, que defienden el restablecimiento de comunidades israelíes en la Franja de Gaza y la creación de nuevos asentamientos en Judea y Samaria (Cisjordania).
Mientras, los principales líderes de la oposición consideran que es un buen momento para captar a desertores del Likud, según el diario Haaretz, que cita a fuentes anónimas.
Ayer, el jefe de la oposición israelí, Yair Lapid, se reunió con los líderes de los dos principales partidos de derecha de la oposición, Avigdor Liberman y Gideon Saar, para coordinar una estrategia común y mandar un mensaje de unidad a los parlamentarios del Likud.
Según el periódico, si la oposición logra convencer a cinco legisladores de votar contra Netanyahu en una moción de censura el Gobierno caería y se convocarían elecciones anticipadas.
Sin embargo, la permanencia de Benny Gantz en el Ejecutivo hace imposible que haya deserciones, y varios legisladores de Unidad Nacional piensan que su líder pospondrá su salida del Gobierno incluso sin un plan para Gaza antes del 8 de junio, a fin de dar espacio a las negociaciones para liberar a los rehenes, recoge hoy Haaretz.
Con todo, las voces contrarias al primer ministro siguen cobrando fuerza, mientras prosiguen las manifestaciones casi semanales para pedir elecciones anticipadas y un acuerdo de liberación de los secuestrados en la Franja de Gaza, a lo que se oponen los socios ultraderechistas de Netanyahu.
El nuevo líder del Partido Laborista, el exvice jefe del Estado Mayor, Yair Golan, afirmó este miércoles que Israel debería haber puesto fin a la guerra en la Franja de Gaza hace cuatro meses, cuando «aplastó al brazo amado de Hamás».
Golan también hizo un llamamiento a la desobediencia civil a fin de poner más presión sobre Netanyahu, y sugirió que los israelíes no se unan a la reserva de las FDI hasta que haya un cambio de Gobierno.
El partido Likud del primer ministro condenó las «palabras irresponsables e instigadoras» de Golan y lo acusó de dañar las negociaciones para liberar a los rehenes y de poner en peligro a los soldados israelíes en Gaza.
La condena llegó también de uno de los socios más mediáticos de Netanyahu, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, que en un mensaje en redes sociales pidió una investigación penal contra el líder laborista.
Con información de Aurora