Su madre sufrió cáncer de mama cuando tenía 29 años, y ahora Paloma es la primera niña de España que ha nacido libre del gen que tenía más probabilidades de heredar en su ADN.
Llegó al mundo el 31 de agosto en el Hospital Quirón de A Coruña, pero antes de eso, el Grupo Ron de la Unidad de Ginecología y Reproducción Humana del centro había trazado un procedimiento médico para evitar que portase la mutación genética que tenía cerca del 70 por ciento de probabilidades de heredar.
Cuando le diagnosticaron el cáncer a la madre, los médicos le aconsejaron que congelase sus óvulos debido a que la quimioterapia podría afectar su fertilidad. Una vez recibido el alta por el tumor, tres años después, quiso ser madre y se planteó descongelar los óvulos, pero tenía el temor de que su bebé pudiera heredar el cáncer y pasar por lo que ella había pasado.
Entonces, le propusieron descongelar sus ovocitos (con autorización de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida), realizar una fecundación in vitro y, luego realizar un diagnóstico genético preimplantacional, es decir estudiarlos y seleccionar los que no tenían la mutación en el gen BRCA1, la más agresiva de las vinculadas al riesgo de sufrir un tumor de mama, antes de su transferencia al útero.
Encontraron que solo el 25 por ciento de los embriones estaban libres de la mutación y el estudio de las embriólogas permitió, además, descartar otras anomalías cromosómicas.