Mauricio Funes, de Presidente a ladrón protegido en Nicaragua por Daniel Ortega

Mientras era señalado por corrupción en su país, el expresidente salvadoreño Mauricio Funes asistía como invitado a la toma de posesión de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en enero pasado. Se sentó entre los también expresidentes Porfirio Lobo, de Honduras y Vinicio Cerezo de Guatemala.

El 15 de marzo de 2009 fue un día histórico en El Salvador. Por primera vez en su historia, un partido de izquierda y su candidato ganaban la presidencia. Después de 17 años de haberse convertido en partido político, el exmovimiento guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) llegaba al poder de la mano de su candidato, el entrevistador Mauricio Funes.

Ese día, por la noche, Funes recordó a monseñor Arnulfo Romero y su frase de “opción preferencial con los pobres” y prometió favorecer a los pobres y a los excluidos.

Ocho años después, y dos desde que terminó su periodo presidencial, hace seis días una corte civil lo condenó a “restituir” al Estado más de 419 mil dólares (206,660 él y 212,484 su hijo Diego), después de encontrarlo responsable de enriquecimiento ilícito durante su gobierno (2009-2014). Desde febrero de 2016, la Corte Suprema de Justicia salvadoreña había decidido procesarlo porque Funes no había podido justificar la procedencia de más de setecientos mil dólares.

En agosto de 2016 se conoció que Funes había salido de El Salvador y se había refugiado en Nicaragua. “El sábado pasado encontré en el súper a @FunesCartagena (nombre de la cuenta en Twitter de Funes). Me dijo que andaba turisteando y que regresaría el martes a su país. Va o viene?”, escribió en su cuenta de Twitter el periodista nicaragüense Carlos Fernando Chamorro, el 24 de agosto del pasado año 2016.

Funes le respondió en la misma red social, retuiteando las declaraciones de Chamorro: “Este periodista me preguntó qué hacía en Managua. A entrometidos no tengo por qué revelarles mi contrato de trabajo”, escribió Funes, iniciando un enfrentamiento entre ambos en dicha red social. Chamorro le recriminó el por qué andaba escoltado con dos policías nicaragüenses.

La realidad era que Funes estaba en Nicaragua porque Daniel Ortega le dio asilo, según se comprobó después cuando el 6 de septiembre de 2016 el gobierno publicó en La Gaceta el decreto de asilo no solamente para Funes, sino también para su esposa Ada Mitchell Guzmán Siguenza y sus hijos Carlos Mauricio Funes Velasco, Diego Roberto Funes Cañas y Mauricio Alejandro Funes Guzmán.

¿Quién es Mauricio Funes?

Funes llegó a la presidencia de El Salvador de la mano del FMLN pero no era miembro de ese partido ni luchó junto con sus dirigentes cuando eran guerrilleros. Se tuvo que hacer militante del mismo para poder ser candidato presidencial, porque las leyes salvadoreñas dicen que el postulante a presidente debe ser miembro de un partido, explica Héctor Silva, investigador de InSight Crime y codirector de Revista Factum de El Salvador, además de haber sido íntimo amigo y exempleado de Funes.

Nacido en 1959, estudió en el colegio jesuita Externado de San José y en la UCA, también jesuita, donde estudió licenciatura en Letras, explica un reportaje de la BBC.

A finales de los años ochenta trabajó en un noticiero televisivo, cubriendo noticias legislativas y luego pasó al canal 12, donde se destacaron por llevar escenas de la guerra a los hogares salvadoreños.

Posteriormente, Funes se volvió un crítico acérrimo de los gobiernos de derecha de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). En la UCA fundó una productora de documentales y también fue corresponsal de CNN.

Héctor Silva, su amigo lo recuerda “Era crítico con los gobiernos de Arena y eso lo hizo muy popular, reconocido a nivel de encuestas”

Como periodista fustigó la corrupción.

A la presidencia

El primer contacto que Funes tuvo con el FMLN fue cuando en 1988 entrevistó al comandante Joaquín Villalobos, en exclusiva, la cual causó sensación.

A inicios del 2000, explica Héctor Silva, Funes tenía como mentor político a Franzi Hato Hasbún, quien lo acercó al FMLN para que fuera candidato en el 2004. Pero el dirigente exguerrillero Schafik Hándal bloqueó esa candidatura y se postuló él como candidato presidencial, perdiendo contra Antonio Saca.

Para 2007, el FMLN llevaba ya 15 años como partido político buscando el poder, pero había perdido tres elecciones presidenciales consecutivas. Silva explica que el FMLN no tenía entre sus filas a alguien que arrastrara los votantes suficientes para derrotar a ARENA y por eso buscaron un candidato externo popular. Ese fue finalmente Mauricio Funes, acérrimo crítico de la derecha salvadoreña.

Funes ganó la presidencia de El Salvador con el 51.2 por ciento de los votos, derrotando al exjefe policial Rodrigo Ávila.

Sin embargo, desde el principio Funes tuvo desavenencias con el FMLN. Héctor Silva dice que los partidarios de Funes dirigieron el gabinete económico y la Casa Presidencial, mientras que el resto de las instituciones, incluyendo el de Seguridad, Salud y Educación quedaron en manos del FMLN, en una especie de cogobierno Funes-FMLN.

Hubo momentos de alta tensión, como cuando Funes por diez días no le atendió el teléfono a los del FMLN. La alta dirigencia del partido le mandó a decir a Funes que era verdad que ellos sin él no hubieran ganado la presidencia, pero le recordaron que él sin ellos tampoco habría ganado.

Incluso, Funes llegó a fundar el Movimiento Ciudadano por el Cambio, en abierta ruptura con el FMLN.

Pecados

Los dos primeros años de gobiernos de Funes fueron muy buenos. Tenía muy buena aceptación tanto a nivel interno como internacional. De todos los presidentes centroamericanos era el quien tenía mejor nivel de aceptación.

De acuerdo con Silva, dos hechos marcaron un cambio en su gestión. El primero fue político. Debido a su falta de entendimiento total con el FMLN, buscó alianzas con otros grupos políticos. Uno de ellos fue Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), que tiene sus orígenes en el expresidente Antonio Saca. “Eso hace que Saca no sea investigado. A Saca (hoy encarcelado por corrupción) lo investigan hasta que sale Funes (de la presidencia)”, indica Silva.

El otro aspecto que, según Silva, comenzó a dañar la gestión de Funes fue su vida personal. Funes comenzó a tener muchos gastos suntuosos. Además, tenía relaciones extramatrimoniales. “Hay una polémica en El Salvador, porque se trata de su vida privada. El problema es que se mezclaron las cosas”, dice Silva.

Funes estaba casado con la brasileña Vanda Pignato. Pero, aún estando casado con ella, tuvo un hijo con quien ahora es su esposa, Mitchell Guzmán (La Michi). Funes y Pignato se divorciaron después de que terminó el periodo presidencial, y Funes se casó con La Michi. Funes habría pedido a la cancillería que emitiera un pasaporte diplomático para Guzmán, cuando ella ni siquiera era funcionaria pública.

Los gastos

La revista Factum publicó que en febrero de 2016, cuando Funes aún era presidente, gastó 10,041 dólares en solo dos días en la tienda Ferragamo de Bal Harbour, en Miami, lo cual equivalía al precio de entre seis y diez pares de zapatos.

El DiarioLatino.net publicó una serie de fotografías en las que Funes se mostraba con diferentes relojes, todos valorados en unos 181,250 dólares, además de un viaje en avión privado realizado a Orlando, Florida, con toda su familia, de vacaciones.

La Fiscalía salvadoreña le incautó a Funes, en allanamientos a varias de sus residencias, ochenta armas de colección, pinturas valoradas en más de 43 mil dólares, 74 pares de zapatos valorados entre ochocientos y dos mil dólares cada par, además de un documento en el que se establecía que le había prestado setecientos mil dólares al empresario Miguel Menéndez.

En 2016, la Fiscalía lo acusó por no poder justificar ingresos por más de 728,000 dólares durante su periodo presidencial.

En Nicaragua

Después de recibir asilo en Nicaragua, LA PRENSA publicó que Funes estaba viviendo en una lujosa residencia en Las Colinas, en la capital, hasta donde lo fue a buscar el periodista Ismael López, pero el exmandatario no lo recibió.

Funes contaba en esa casa con dos policías que lo cuidan y tiene a su disposición dos vehículos.

Durante la última toma de posesión de Daniel Ortega, en enero de este año 2017, a Funes se le vio en público durante la misma, en primera fila.

El mismo Funes admitió que pidió asilo en Nicaragua por recomendación de los líderes del FMLN.

Funes no tiene relación con Daniel Ortega por sus propios méritos, sino que ha sido a través del FMLN.

Mientras en Nicaragua Ortega le dio asilo a Funes, porque este último alegó que era un perseguido político y que su vida corría peligro en El Salvador, en El Salvador consideran que Funes está en Nicaragua solamente para evadir la justicia, bajo el amparo de Ortega.

Como nicaragüense, me preocupa que el gobierno de Nicaragua esté facilitando que el país se convierta en un refugio de gente acusada en sus países no por razones políticas. Este señor vive en mi país como millonario… con recursos mal habidos”. Mauricio Díaz, exembajador de Nicaragua en la OEA.

Asilo está siendo mal utilizado

El excanciller nicaragüense Mauricio Díaz considera que el gobierno de Daniel Ortega está haciendo un mal uso de la figura jurídica del asilo, la cual se creó especialmente para América Latina, que sufrió cruentas dictaduras entre los años sesenta, setenta y ochenta.

En el caso del asilo a Mauricio Funes, Díaz dice que no tiene razón de ser y que preocupa que Nicaragua esté protegiendo a personas que tienen deudas con la justicia de su país.

Funes no ha dado un argumento de peso para pedir asilo en Nicaragua, porque si es que está siendo perseguido por el Estado salvadoreño estaría diciendo que lo está persiguiendo su propio partido, el FMLN, pero no es así. Lo que ocurre es que en El Salvador la Fiscalía logró demandar con éxito en lo civil al exmandatario. Faltaría ver si la Fiscalía acusa también en lo penal y se gira una orden de captura contra Funes.

 

Con información especial de La Prensa de Nicaragua

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