Los «berrinches» de la Niña y el Niño preocupan a El Salvador

Los fenómenos climáticos La Niña y El Niño unen sus efectos opuestos para poner a El Salvador en una posición crítica en lo referente a la producción agrícola de alimentos básicos, en especial los granos.

El Niño amenaza nuevamente a la producción de granos básicos en el país, provocando una reducción drástica en las lluvias que pondría en riesgo la cosecha postrera en el oriente del país, explicó a periodistas el presidente de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Agropecuarios (Campo), Luis Treminio.

El Niño suele asociarse con períodos de sequías y reducción de lluvias.

El Niño se dará la mano con La Niña, que se paseó por la geografía centroamericana durante tres años, e incluso favoreció records de precipitaciones el año anterior.

La transición hacia El Niño, estiman los especialistas del clima, provocará que los meses más lluviosos, agosto y septiembre, reduzcan sus acumulados, generando canículas (períodos sin lluvias).

Según la tradición y la práctica, los productores de granos básicos comienzan a sembrar con las primeras lluvias del invierno (mayo), sobre todo en la zona occidental, mientras que los agricultores de oriente suelen esperar a que pase la canícula, que ocurre normalmente a finales de julio en el corredor seco.

La presencia del fenómeno de El Niño amenaza nuevamente a que el país sufra una sequía severa como la de 2018, cuando algunas zonas pasaron casi 40 días sin lluvias y dejó pérdidas millonarias para el sector agrícola.

El pronóstico de que el fenómeno climático llegará en la segunda mitad de este año ya es motivo de preocupación para los productores agropecuarios que temen que esto traiga consigo un fuerte impacto en la producción de granos básicos.

El fenómeno ocurre cuando las aguas del Océano Pacífico se calientan, mientras que La Niña se genera al combinarse un calentamiento del Atlántico con un descenso de las temperaturas en el Pacífico.

Según registros del MARN, El Salvador sufrió 13 fenómenos de El Niño en los últimos 47 años, frente a 16 años que experimentó los efectos de La Niña.

Los cambios de temperatura y de las corrientes marinas pueden afectar los océanos, repercutiendo también en la pesca. De manera que este año y al menos el próximo pueden complicarse más con el fenómeno.

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