Mientras los países redoblan esfuerzos para acelerar las campañas de vacunación contra el coronavirus, la comunidad científica continúa trabajando para encontrar otras alternativas para detener la propagación del covid-19. Según consigna The Telegraph, la píldora que está desarrollando el laboratorio norteamericano Pfizer podría estar disponible a finales de este año si los ensayos en humanos que se están llevando a cabo en Estados Unidos y Bélgica tienen éxito.
El fármaco antiviral, denominado PF-07321332, podría administrarse para evitar que la enfermedad se agrave en aquellas personas que muestran los primeros síntomas.
Cerca de 60 personas -todos ellos adultos de entre 18 y 60 años- participan actualmente en la primera fase del ensayo, que se espera que finalice el 25 de mayo. Una vez finalizado, si la píldora resulta ser segura, se realizarán pruebas a una mayor cantidad de personas para determinar si efectivamente el fármaco detiene el covid-19, como sugieren las primeras pruebas de laboratorio.
Esas pruebas mostraron una “potente actividad antiviral” en el laboratorio, por lo que ahora se encuentra en chequeos de seguridad.
El ensayo está dividido en tres fases y tiene una duración de 145 días, a los que se añadirán otros 28 de “cribado y dosificación”. La fase 1 está diseñada para ver “cómo se tolera a medida que se aumenta la dosis, solo o con ritonavir, si hay efectos secundarios significativos y cómo se sienten las personas después de tomarlo”. En la segunda etapa se hará lo mismo pero con “dosis múltiples”, mientras que en última se probarán las formas líquidas y en pastillas del fármaco, así como el impacto de la alimentación sobre el mismo, según indica el documento que se le entregó a los voluntarios de las pruebas, y al que tuvo acceso The Telegraph.
“La seguridad del fármaco del estudio se ha estudiado en animales. En estos estudios con animales, no se identificaron riesgos significativos o eventos de seguridad preocupantes, y el fármaco del estudio no causó efectos secundarios en ninguno de los niveles de dosis que se utilizarán en los estudios clínicos”, agrega el documento.
El PF-07321332 se administrará en combinación con dosis bajas de ritonavir, un antiviral utilizado para tratar el VIH. Actúa como un “refuerzo” para aumentar la cantidad de PF-07321332 en la sangre de los participantes.
“Hemos diseñado el PF-07321332 como una posible terapia oral que podría recetarse al primer signo de infección, sin necesidad de que los pacientes estén hospitalizados o en cuidados críticos”,
manifestó Mikael Dolsten, director científico y presidente de investigación, desarrollo y medicina mundial de Pfizer, en un comunicado oficial publicado el mes pasado.
Clasificada como “inhibidor de la proteasa”, la píldora ha sido formulada para atacar la “espina dorsal” del virus del SARS-Cov-2 e impedir que se replique en la nariz, garganta y pulmón.
No obstante, la comercialización de un nuevo fármaco es un proceso largo y difícil. Incluso si el PF-07321332 se tolera bien en humanos, habría que realizar ensayos para determinar si es efectivo en personas infectadas con COVID-19.
“Si han llegado a esta fase, serán tranquilamente optimistas”, manifestó la profesora Penny Ward, profesora visitante de medicina farmacéutica en el King’s College de Londres y pionera en el desarrollo de Tamiflu, un antiviral que combate la gripe estacional y pandémica. “La cuestión será cómo se tolera el medicamento…”, advirtió.
Según el profesor Ward, lo más probable es que los científicos de Pfizer hayan establecido la “potente” acción del fármaco al desplegarlo contra cultivos de tejido humano infectado, incluido el tejido pulmonar, en un laboratorio. “Una vez que se sabe que funciona in vitro, se trata de establecer su tolerancia en animales y luego en humanos”, detalló.
“Sería un gran paso adelante si los fármacos antivirales funcionan… Los servicios normales pueden funcionar y no sería necesario aplicar bloqueos”, apuntó el profesor Kevin Blyth, científico de la Universidad de Glasgow, quien dirige un ensayo del fármaco antiviral favipiravir, que podría administrarse después de que alguien se haya contagiado del virus, de acuerdo a lo informado por Daily Mail.
El Reino Unido sigue de cerca los ensayos de Pfizer, ya que pretende adquirir las píldoras una vez que estén disponibles. El primer ministro Boris Johnson anunció la semana pasada que se crearía un nuevo grupo de trabajo sobre antivirales para encontrar estos medicamentos e intentar que estén disponibles en el país para el otoño.
“Esto significa, por ejemplo, que si usted da positivo, podría haber una tableta que podría tomar en casa para detener el virus y reducir significativamente la posibilidad de que la infección se convierta en una enfermedad más grave. O si vives con una persona que ha dado positivo, puede haber una pastilla que puedas tomar durante unos días para evitar que te contagies”, comentó durante una sesión informativo en Downing Street.
Remdesivir es el único fármaco antiviral que se está utilizando de forma rutinaria en los hospitales del Reino Unido y Estados Unidos. Sin embargo, éste debe ser inyectado y los estudios han tenido dificultades para demostrar que es efectivo, ya que no ha sido diseñado específicamente para detener el covid-19.
Entre las terapias específicas que se están desarrollando contra el coronavirus se encuentran el molnupiravir, de Merck y Ridgeback Biotherapeutics; el tollovir, de Todos Medical; y el NT-300, de Romark. También se está probando un medicamento contra la gripe, el favipiravir, y los antivirales contra el VIH, el ritonavir y el lopinavir, para ver si pueden reutilizarse en personas con coronavirus.