Juez admite como prueba «escuchas ilegales» contra ex fiscal Martínez

El Juzgado Especializado de Sentencia “B” de San Salvador aceptó el viernes la incorporación de las escuchas telefónicas contra los abogados Héctor Francisco Grimaldi Membreño, Luis Ernesto Peña Ortiz y contra el ex fiscal  general de la República, Luis Antonio Martínez González, así como contra el ex fiscal Julio Alberto Arriaza González.

El valor probatorio de la grabaciones telefónicas en El Salvador, ha quedado en entredicho desde que se hicieron públicas las denuncias contra el Director del Centro de Escuchas Telefónica de la Fiscalía General, por el procedimiento ilegal de estas en el llamado caso Rais Martinez, hace tres años.

Durante la audiencia Martínez reiteró sus denuncias y declaraciones sobre las ilegalidades por las cuales se encuentra guardando prisión desde hace casi tres años.

Después de un prolongado silencio, motivado por lo que llama arbitrariedades a las que está siendo sometido,  el ex fiscal general, Luis Martínez, acusó a  Douglas Meléndez por haber manipulado al sistema judicial e institucional, con el fin de procesarlo de forma ilegal.

Martínez asegura que su sucesor utilizó el recurso del  espionaje y de una serie de «actos ilegales repugnantes» mientras estuvo al frente de la Fiscalía General de la República (FGR), para atacar a sus enemigos y favorecer personas con quienes está vinculado por diversos intereses.

Para poder procesar a Martínez, «de forma ilegal», Meléndez habría utilizado una «comparsa de fiscales y de personas extrañas a la institución».

Martínez señaló que para poderlo llevar a los tribunales y acusarlo de supuestos delitos, se fabricaron casos en los que tanto Meléndez como sus colaboradores incurrieron en fraudes, mentiras y calumnias.

Además, de acuerdo a una serie de denuncias hechas inclusive por fiscales que han pedido protección a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, se ha hecho del conocimiento público que Meléndez amenazó a otras personas dentro de la FGR para fabricar una trampa judicial contra el ex fiscal Martínez.

«Mi prisión preventiva ha sido más una condena ilícita oculta… Hay testimonios, declaraciones en juzgados, en la Procuraduría de la Defensa de los Derechos Humanos, ante la misma Fiscalía», sobre dichas arbitrariedades, sostuvo Martínez. Los testimonios han sido ofrecidos por fiscales y personas que trabajan en la institución, así como de particulares.

Martínez compareció el viernes al Juzgado Especializado de Sentencia “B”, para una audiencia especial de aportación de pruebas, donde enfatizó que ha sido incriminado por ex fiscal Douglas Meléndez utilizando pruebas falsas, testigos manipulados, trampas y torturas para involucrarlo en hechos delictivos.

Luis Martínez aprovechó la oportunidad para reflexionar sobre la importancia y la responsabilidad de ser Fiscal General de la República. «Considero que ser fiscal general tiene que ser un acto de mucho orgullo y no pasar avergonzado ni como un infame».

También se refirió a la prolongada prisión provisional a la que ha sido sometido, asegurando que «se trata de una condena ilícita, oculta, más allá del barniz de legalidad que le han querido dar», dijo Martínez previo a la lectura de la resolución.

«Hoy todos sabemos cómo hicieron planes, manipulaciones, trampas para involucrarme a mí en hechos delictivos. Hay testimonios, declaraciones en los juzgados, en la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, ante la misma fiscalía, de fiscales y personas que laboran en la institución que fueron amenazados, coaccionados, incriminados y torturados para involucrarse en hechos delictivos», agregó.

El extitular de la FGR enfatizó que confía en la institucionalidad del sistema de justicia. «Estas acciones son prohibidas por la ley, son ilegales y el país entero exige una explicación, el país lo demanda, porque los salvadoreños amamos la libertad y rechazamos todo tipo de crímenes con todo el alma».

Subrayó además que los fiscales que han solicitado protección a la PDDH «fueron amenazados, coaccionados, intimidados, torturados para involucrarme en hechos delictivos, a mi y a otras personas. Estas acciones son prohibidas por la ley, son ilegales».

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