Jamás llovió tanto en EE.UU

Nunca llovió tanto. Harvey, el huracán devenido tormenta tropical que azota al sur de Texas desde el viernes y ayer golpeaba también a Luisiana, ingresó en la historia al registrar la mayor precipitación para un único ciclón en el territorio continental de Estados Unidos, informó el Servicio Meteorológico Nacional.

Mientras aún caía agua del cielo, ayer por la tarde, una estación meteorológica al sur de Houston registraba una precipitación de 51,88 pulgadas, equivalente a 1318 milímetros. Un punto de comparación: en la ciudad de Buenos Aires, en 2016, las lluvias de todo del año sumaron 1224 milímetros. A la espera de las últimas mediciones, Harvey quedaba a tiro de superar el récord histórico de precipitación para todo Estados Unidos, registrado en Hawai, en agosto de 1950, cuando el huracán Hiki dejó 52 pulgadas de agua, o 1321 milímetros.

Atento a la devastación, y a evitar a toda costa la deficiente respuesta del gobierno de George W. Bush al huracán Katrina, 12 años atrás, el presidente Donald Trump viajó junto a la primera dama, Melania Trump, y parte de su gabinete a Texas, donde aterrizó, primero, en Corpus Christi y luego, en Austin, para apuntalar los esfuerzos de rescate y prometer toda la ayuda necesaria para la recuperación.

«Queremos hacer lo mejor que nunca antes», dijo Trump, en su primera parada, en Corpus Christi.

«Probablemente nunca ha habido nada tan costoso en la historia de nuestro país. Nunca ha habido nada tan histórico en términos de daños y en términos de ferocidad como lo que hemos visto con Harvey. Suena como un nombre tan inocente, ¿verdad? Pero no lo es, no es inocente», insistió Trump, ya en su segunda parada, en Austin, donde visitó uno de los centros de emergencia donde se coordina el operativo de rescate.

Las imágenes mostraban a Houston, la cuarta ciudad del país, paralizada, tapada por el agua. Las autoridades locales confirmaron 19 muertes vinculadas a la tormenta. Cientos de miles de personas comenzaron a poblar los albergues habilitados por la ciudad, colapsados: el más grande, el centro de convenciones George R. Brown, tenía una capacidad prevista para 5000 personas, y ayer ya había acogido a 9000. La Cruz Roja informó que más de 17.000 personas habían buscado refugio. Una pizarra blanca en el centro de operaciones de emergencia de Austin, al que Trump visitó, ofrecía otra cifra, escrita con un marcador: «Población en albergues, 22.000». El dato tenía hora: las 9 de la mañana.

«Todavía estamos en una misión para salvar y sostener vidas», dijo el director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, según sus siglas en inglés), Brock Long. «La recuperación va a ser frustrante. Vamos a estar aquí con ustedes para ayudarlos, va a ser difícil navegar todos los programas disponibles, pero estamos aquí para ayudar», insistió.

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