El número dos de la oficina política del grupo terrorista islámico Hamás, Saleh al Arouri, murió por el ataque de un presunto dron israelí contra una oficina del grupo a las afueras de Beirut, donde también fallecieron otras cinco personas.
Al menos dos proyectiles impactaron contra una oficina de la organización terrorista palestina en el área de Msharafiye, en los suburbios meridionales de Beirut, y contra vehículos que estaban aparcados frente a las mismas.
Al Arouri, miembro de la oficina política de Hamás y uno de los fundadores de su brazo armado, era uno de los líderes en exilio más prominentes de la formación, que cuenta con varios representantes en el Líbano así como en otros países de la región.
Entre los muertos fueron identificados otros dos cabecillas del ala militar de Hamás, Samir Fendi y Azzam Al Aqraa.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, dijo en noviembre pasado que había dado órdenes al servicio de inteligencia exterior Mossad para que actuara contra los cabecillas de Hamás “dondequiera que estén”, en respuesta a la masacre del 7 de octubre pasado perpetrada en el sur de Israel.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo en esa misma conferencia de prensa que los cabecillas de Hamás estaban “viviendo tiempo prestado”, y agregó que la “lucha es global”.
Saleh al Arouri, de 57 años, era el subjefe de la oficina política de la organización terrorista y estaba considerado como el jefe del ala militar de Hamás en Cisjordania (Judea y Samaria).
El establishment de inteligencia israelí cree que al Arouri colaboró en la planificación del secuestro de tres adolescentes israelíes -Gil ad Shaar, Eyal Yifrach y Naftali Fraenkel- en junio de 2014, en Cisjordania, como así también en otros numerosos atentados.
Había servido varios períodos en cárceles israelíes, pero fue excarcelado en marzo de 2010 en el marco del canje por el soldado israelí Gilad Shalit, un cabo de las Fuerza de Defensa de Israel (FDI) secuestrado por Hamás en 2006. A cambio de Shalit, Israel liberó de la cárcel a más de mil terroristas palestinos en 2011.
Eventualmente, al Arouri se estableció en Estambul pero fue obligado a abandonar Turquía cuando se recompusieron las relaciones entre Jerusalén y Ankara, interrumpidas por la incursión de comandos marinos de las FDI a una flotilla de solidaridad con Gaza en la que murieron nueve activistas turcos en medio de una violenta refriega durante el abordaje del barco.
Tras pasar un tiempo en Siria, al Arouri, se mudó a Beirut, al deteriorarse las relaciones entre el grupo terrorista sunita palestino y el régimen del presidente sirio Bashar al Assad, de origen alauita, durante el estallido de la guerra civil en el país árabe.
Desde Beirut, siguió dirigiendo operaciones militares en Cisjordania, promoviendo actos de terrorismo y ordenando la transferencia de fondos para pagar por los atentados.
Al Arouri era uno de los cabecillas de Hamás más cercanos de Irán y del grupo terrorista chií Hezbollah en el Líbano.
Al Arouri estableció una fuerza de combate de Hamás en los antiguos campos de refugiados palestinos en el país del cedro. El grupo realiza entrenamientos militares y cuenta con un arsenal de cohetes, pero no en la misma escala que Hezbollah.