Aviones de guerra israelíes bombardearon Beirut durante la noche, después de que ocho de sus soldados murieran en el sur del Líbano en los combates terrestres en curso contra Hezbolá.
Nueve personas murieron en el centro de la capital libanesa tras un ataque israelí contra un centro médico afiliado a Hezbolá, según las autoridades locales, incluido el ministerio de Sanidad. Las Fuerzas de Defensa de Israel dijeron este jueves que mataron a 15 militantes de Hezbolá en un ataque aéreo nocturno contra un edificio del gobierno local utilizado por el grupo en la ciudad de Bint Jbeil.
También se produjo un ataque con drones contra un depósito de armas en Siria, cerca de la mayor base aérea rusa en ese país, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Nadie ha reivindicado la autoría de ese ataque.
El gobierno israelí aún no ha tomado represalias por la andanada de misiles lanzada por Irán el martes por la noche, que causó escasos daños y pocas víctimas. A las potencias mundiales les preocupa que, en caso de atacar activos iraníes clave, la República Islámica arremeta y aumente el conflicto, arrastrando a más países y perturbando potencialmente los envíos mundiales de energía. El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que Israel debería abstenerse de atacar las instalaciones nucleares iraníes, algo que Teherán lleva tiempo advirtiendo que provocaría una respuesta agresiva.