La industria de la ropa usada se afianza en Centroamérica por la combinación de las necesidades de una mayoría de población de escasos recursos y las tendencias globales por el reciclaje y reutilización de prendas, según un informe presentado este viernes en Costa Rica.
Más de cuatro millones de toneladas de ropa de segunda mano se comercializan cada año y Centroamérica se ha convertido en un mercado de acogida de textiles procedentes de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, China y Corea del Sur, según el informe «Reutilizar antes de tirar» de la consultora estadounidense Garson&Shaw.
El informe, publicado en San José, analiza la situación en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua y estima que entre 2011 y 2021 la industria de ropa usada en estos países creció por un valor de 274 millones de dólares.
«Nuestro reporte estima que en los primeros años de la década de 2040 el sector de la ropa usada tendrá más de tres millones de empleos en los cuatro países estudiados de Centroamérica (…) y generará cerca de 200 millones de dólares en beneficios a través de impuestos.
– Crecimiento –
Nicaragua es la nación en la que más y más rápido ha crecido esta industria. «Alrededor del 80% de la población de Nicaragua adquiere ropa o calzado usado», señaló el informe. La industria creció un 280% en la última década.
En 2021, unas 52.500 toneladas de ropa usada (el 1,9% del total mundial) fueron importadas a Nicaragua, que se posicionó en el puesto 19 de países consumidores de textil de segunda mano. Solo en ese año el beneficio a través de impuestos para el Estado fue de 23,7 millones de dólares y se estima que la industria suponga el 1% del PIB nacional. Desde 2017 las importaciones crecieron un 7%.
En Guatemala hay «una alta necesidad de ropa barata y la demanda por textil usado se mantiene fuerte», señaló el informe.
En 2021 el país importó 130.000 de ropa usada (3,4% del total mundial) y se ubicó como el noveno mayor importador de estos productos en el mundo. En ese año el beneficio gracias a impuestos en esta industria ascendió a 40,2 millones de dólares. Desde 2017 las importaciones crecieron 10%.
Honduras adquirió en 2021 66.000 toneladas de ropa de segunda mano (2,7% del comercio internacional) y supuso estar en el lugar 17 entre los mayores importadores en el mundo. En ese año los beneficios tributarios entregados al Estado por la industria de la ropa usada fueron de 34,1 millones de dólares suponiendo un 1,6% del PIB de Honduras.
En El Salvador se importaron en 2021 unas 35.000 toneladas de ropa usada (1,9% del total mundial) y el país se colocó como 23 a nivel de importaciones en el mundo. Fueron 16 millones de dólares en impuestos los recaudados por el gobierno a través de la industria textil de segunda mano, que supone el 1,4% del PIB nacional.
«El comercio de la ropa usada está creando empleo para cientos de miles de ciudadanos al tiempo que genera significantes ingresos por impuestos a los gobiernos, algo que se prevé que continúe por largo tiempo en el futuro», destacaron a través del informe de Garson&Shaw.