¿Hemos enfocado mal el cambio climático?

Durante décadas, los defensores del medio ambiente han instado a gobiernos, empresas y particulares a tomar medidas drásticas para limitar el cambio climático y evitar que la temperatura media de la Tierra supere los 1,5 grados Celsius respecto a la época preindustrial.

Ahora, algunos expertos en clima abogan por un objetivo diferente: en su lugar, quieren establecer límites para la subida del nivel del mar, fijando el límite superior en unos 60 centímetros o un poco más, dependiendo de la ubicación. El nivel relativo del mar a lo largo de la costa estadounidense ya ha subido alrededor de 30 centímetros y podría aumentar hasta 1,8 metros en 2100 si no se frenan de forma significativa las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los combustibles fósiles y el metano. En España, desde 1993 el nivel del mar sube 2,8 milímetros cada año un ritmo que se ha duplicado en los últimos 20 años, según un estudio del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) de 2023.

«La subida del nivel del mar es un efecto del cambio climático fácil de entender, ya que es directo, visible y creciente», afirma Rafe Pomerance, antiguo experto medioambiental del Gobierno de Estados Unidos, coautor de un artículo de opinión sobre este tema, que ha instado a los responsables políticos a reconocer la importancia de la subida del nivel del mar, especialmente en Florida, que es especialmente vulnerable.

¿Por qué es peligroso el aumento del nivel del mar?

El aumento de las temperaturas de la Tierra expande las moléculas oceánicas y derrite los glaciares terrestres en todo el mundo, elevando el nivel de las aguas. Desplazar la atención a los daños que esta agua produce localmente tiene sentido, dice Pomerance, porque «describe directamente las vidas y propiedades de las personas que están en juego».

La subida de los océanos es importante a escala mundial, ya que países de baja altitud como Bangladesh y los Países Bajos se enfrentan a «una sentencia de muerte» al infiltrarse el agua en vastas zonas si no se modifica la trayectoria actual, según el Secretario General de las Naciones Unidas.

El caso estadounidense es curioso, ya que suele haber cierta confusión sobre un objetivo que no se expresa en grados Fahrenheit. El objetivo de calentamiento de 1,5 grados centígrados «no tiene sentido para la mayoría de los estadounidenses», coincide Anthony Leiserowitz, director del Programa de Comunicación sobre el Cambio Climático de la Universidad de Yale. La gente suele pensar erróneamente que una cifra tan pequeña es intrascendente, porque no sabe que las temperaturas medias han sido tan estables durante los últimos 10 000 años que un solo grado de cambio «ha provocado el auge y la caída de imperios», afirma. 

La subida del nivel del mar es uno de los efectos más graves del cambio climático, afirma Alice C. Hill, experta en energía y medio ambiente del Consejo de Relaciones Exteriores de Washington D.C., organización sin ánimo de lucro, coautora del artículo de opinión. El aumento del nivel de las costas no sólo daña las viviendas cercanas al océano, sino que también afecta a comunidades situadas incluso kilómetros tierra adentro, afirma. Las carreteras, el transporte público, los sistemas de saneamiento, las plantas de tratamiento de agua y los pozos de agua potable, las redes eléctricas y los campos de cultivo pueden resultar dañados. Además, durante los huracanes, las mareas tormentosas que parten de un nivel oceánico más alto pueden aumentar enormemente la destrucción.

Comunicar estos impactos es importante para fomentar la adopción más rápida de soluciones climáticas como las energías renovables, afirma Pomerance. Centrarse en la temperatura no ha motivado suficientemente el cambio, razón por la cual el año pasado fue el más caluroso jamás registrado, con temperaturas globales cercanas al límite de 1,5 grados centígrados.

En Estados Unidos, se puede utilizar los sitios web de la Agencia Meteorológica Nacional (NOAA, por sus siglas en inglés) y de la organización sin ánimo de lucro Climate Central para determinar en qué medida afectará la subida del nivel del mar a su costa concreta, en la que influyen numerosos factores, como la topografía y las corrientes oceánicas. Sitios gratuitos como la herramienta de proyección del nivel del mar de la NASA permiten a los usuarios elevar digitalmente el nivel del agua en distintas partes del mundo para ver los efectos de la subida del nivel mar.

Utilizar los mapas de inundaciones del Gobierno de Estados Unidos (también disponibles en español) es un predictor menos preciso, dice Hill, porque «los mapas son antiguos y no están actualizados y no suelen reflejar el riesgo climático».

Entender lo que se perderá

Los científicos documentan cada vez más los daños causados a las comunidades por la subida del nivel del mar. Los científicos de la Universidad de Washington (Estados Unidos) que combinaron las proyecciones del nivel del mar con las topografías de la costa del estado de Washington descubrieron que algunas partes de Seattle y otras zonas quedarán permanentemente bajo el agua si se cumplen las peores proyecciones. Incluso a niveles más bajos, algunos pozos de agua potable y campos de cultivo se verán afectados. En España, el aumento del nivel del mar será especialmente perceptible en Santa Cruz de Tenerife, Cádiz y Barcelona, según datos del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC).

«Podría haber lugares donde la agricultura dejara de ser viable», afirma Guillaume Mauger, científico del Grupo de Impactos Climáticos de la universidad que trabajó en las proyecciones.

En los Cayos de Florida, una cadena de islas bajas al suroeste de Estados Unidos, se calcula que casi la mitad de las carreteras del condado serán intransitables, al menos ocasionalmente, en menos de 25 años, según las estimaciones optimisatas sobre el aumento del nivel de los océanos. Ciertas partes de la ciudad de Nueva York también se ven amenazadas por una subida que los expertos han calificado como la más rápida en la zona en 1500 años.

Según cálculos recientes de investigadores de la Universidad Estatal de Florida, estos cambios multiplicarán por cinco o por 18 el número de estadounidenses que se marcharán de las comunidades afectadas. Los expertos ya están trazando opciones de «retirada controlada» para partes de la costa del Golfo de LuisianaHouston y otras comunidades estadounidenses cuando el agua se vuelva insostenible.

Según Hill, la gente podría decidir abandonar sus comunidades mucho antes de que queden permanentemente bajo el agua, debido a las molestas inundaciones periódicas, como las que ya se han producido en Miami, que dificultan las actividades cotidianas. Le preocupa que esto pueda hundir el valor de las propiedades en muchas zonas.

Cómo comunicar una crisis global

No todo el mundo está de acuerdo en que la subida de los océanos sea el mensaje ideal para la comunicación sobre el clima.

«No hay balas de plata» cuando se trata de hacer que la gente reconozca los efectos inminentes y la urgencia de actuar, dice Leiserowitz. Las personas que viven en el centro de EE. UU. y otros países no se ven directamente afectadas, y las que están incluso a pocos kilómetros de la costa pueden no darse cuenta de que se verán afectadas. «El cambio climático es difícil de comunicar… La capacidad [de una persona] para entender lo que está pasando, en este planeta en todo momento es increíblemente limitada», afirma Leiserowitz.

Una reciente investigación inédita de Matto Mildenberger, de la Universidad de California (Estados Unidos), y otros autores, confirma este reto. Mostrando a la gente mapas de las proyecciones locales de aumento del nivel del mar para el año 2100 se obtuvieron resultados dispares. La preocupación se redujo en los hogares con más probabilidades de inundación, pero aumentó (junto con el apoyo a costosas políticas de reducción del cambio climático) cuando se les dijo que el tráfico y los tiempos de desplazamiento se dispararían por las carreteras dañadas por la subida del nivel del mar.

Esto sigue a un estudio anterior de Mildenberger, según el cual las personas a las que se les informa de que su propia casa corre un alto riesgo de inundación piensan, no obstante, que serán otras personas más alejadas geográficamente las que se verán perjudicadas por el cambio climático.

No obstante, Hill afirma que merece la pena centrarse en los daños causados por el agua en lugar de en el aumento de la temperatura. Las comunidades sufrirán grandes alteraciones o daños irreparables por las inundaciones costeras, pero muchos residentes no están prestando suficiente atención.

Este aumento provocará inevitablemente la pérdida de tierras y servicios; cuanto mayor sea el aumento, mayores serán las pérdidas.

«¿Cuántas pérdidas son demasiadas para que las acepten las comunidades, y qué se necesita para mantener el aumento del nivel del mar por debajo de ese nivel?». afirma Pomerance; «esa pregunta nunca antes se había planteado explícitamente».

Este artículo se publicó originalmente en inglés en National Geographic

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