El Gobierno de Gabriel Boric ordenó en las últimas horas extender la oferta por la nacionalidad y residencia chilena a los opositores nicaragüensesrecientemente expatriados. Más temprano este martes, el gobierno argentino se manifestó dispuesto a conceder la ciudadanía a todos los opositores nicaragüenses.
Así lo informó la Cancillería en un comunicado en el que menciona que estos 317 discidentes fueron “injustamente expatriados” por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“El Gobierno de Chile arbitrará los medios legales necesarios para ofrecerles la debida protección internacional que les permita residir en el país y obtener la nacionalidad chilena según las normas constitucionales y legales que la regulan”, comienza el escrito y agrega que la oferta estará a disposición de quienes “voluntariamente decidan tomarla”.
La medida abarca no sólo a los 222 expulsados de su tierra semanas atrás sino, también, a los restantes 95 sujetos que se han mostrado críticos con el binomio Ortega-Murillo.
Los ministerios de Relaciones Exteriores y del Interior y Seguridad Pública serán los encargados de implementar las medidas necesarias para ello.
En tanto, este martes, el canciller argentino Santiago Cafiero dijo que su Gobierno “está en condiciones de darles la ciudadanía”. “Argentina siempre ha marcado la necesidad de que Nicaragua vuelva a respetar los derechos humanos”, señaló, y recordó que Argentina “ha condenado la persecución que han sufrido muchos nicaragüenses”.
El anuncio llegó luego de que un grupo de personalidades chilenas -entre ellas el escritor y activista Ariel Dorfman- firmaran una carta en la que solicitaban al Presidente que avance con esta medida, tal como lo hicieron España y Estados Unidos, las últimas semanas. En ella explicaban que sería “un gesto de verdadera solidaridad que nos enorgullecería como país y fortalecería los vínculos del pueblo chileno con el país de (el poeta) Rubén Darío”.
En ese sentido, Cancillería explicó que la decisión se basó en “la historia de nuestro país”, la cual “ha enseñado que la defensa de la democracia y los derechos humanos, y la solidaridad internacional entre los pueblos, trascienden las coyunturas políticas y forman parte de los estándares civilizatorios esenciales para la vida en sociedad”.
Desde su llegada al Gobierno, Boric ha sido el mandatario de la región que más condenó el régimen de Nicaragua. Así, este sábado, llamó ‘dictador’ a Ortega al solidarizarse con los expulsados del país.
“Un abrazo fraterno a Gioconda, Ramírez, Sofía, Carlos y a todos a quienes Ortega ha pretendido despojarlos de su nacionalidad nicaragüense”, escribió primero en su cuenta de Twitter y, luego, agregó: “No sabe el dictador que la patria se lleva en el corazón y en los actos, y no se priva por decreto. ¡No están solos!”.
Por su parte, Ramírez -ex vicepresidente nicaragüense y Premio Cervantes 2007-, le agradeció “por encarnar la dignidad y la entereza al no callar sobre Nicaragua” y la poetista Belli lo alabó por “ser consecuente y por apoyar un estado de derecho y la demanda democrática de Nicaragua y Latinoamérica”.
A esto se uma la declaración de la canciller Antonia Urrejola unos días antes en los que aseguró que “cada día” Nicaragua se convierte en “una dictadura totalitaria, donde se persigue cualquier tipo de disidencia”.
En cambio, el resto de los Gobiernos progresistas lastinoamericanos no han expresado sus condenas sobre este caso. Colombia y México reaccionaron con cautela mientras que Brasil -bajo el mando de Lula- guardó completo silencio y Argentina expresó que está “dispuesta” a otorgar la nacionalidad a quien lo solicite aunque no realizó una oferta firme.