Francia prohibe que los influencers hablen sobre cirugías o dietas mágicas

En los últimos años, el rol de los denominados influencers se puso bajo la lupa. Es que estas personas, que pueden ser “seguidas” por algunos usuarios o contar con millones de “fans”, se convirtieron en verdaderos protagonistas de la cultura digital actual. Más aún cuando se trata de adolescentes. Es por este motivo que una nueva Ley aprobada recientemente en Francia se convirtió en pionera en la regulación de su actividad y decidió ponerle un freno a las recomendaciones sobre cirugías o dietas mágicas, acciones que se enmarcan en el denominado “intrusismo médico”.

Lo cierto es que esta práctica perjudica a miles de personas en todo el mundo, más aún cuando los “supuestos médicos” se dedican a realizar intervenciones estéticas o cirugías, en la actualidad, vemos en las noticias cuando figuras del espectáculo narran las secuelas de estas intervenciones.

El Parlamento galo dispuso la prohibición de acciones que, de forma “directa o indirecta”, pongan «en peligro la protección de la salud pública mediante la promulgación de información sobre técnicas, métodos y tratamientos estéticos, farmacológicos y quirúrgicos” / Getty

De imágenes a intrusismo médico

Distintas naciones habían advertido la importancia de estos actores digitales y su impacto en la población. Es por eso que, en una primera medida, países como Noruega y el Reino Unido, dispusieron normas que establecían leyendas o advertencias cada vez que subían una imagen retocada a sus redes sociales.

En Noruega, por ejemplo, en 2021 instauraron que los influencers y anunciantes debían indicar si las imágenes promocionales, que publicaban en sus redes sociales, fueron retocadas. Como esta norma fue aprobada por el Parlamento como una enmienda a la Ley de Control y Comercialización de 2009, se centraron en las personas que reciben honorarios u otros beneficios a cambio de sus posteos, por lo cual solo se aplicó a los llamados “posteos patrocinados”.

La Ley también incluye desde filtros para el rostro, como cambios en algún rasgo o estética, entre otros aspectos. De este modo, los influencers y anunciantes deberían incluir en sus posteos leyendas que indiquen, por ejemplo, “los ojos fueron agrandados”, “se estrechó la cintura” o “se eliminaron arrugas y manchas de la piel”.

Además, la norma francesa establece que la prohibición de promoción de productos que puedan “contener, aunque sea parcialmente, nicotina” o “prescripciones terapéuticas” / Getty

En tanto, en Alemania, fue el Tribunal Federal de Justicia quien decidió sentar un precedente y dispuso regular el trabajo en redes de los influencers. Según se dispuso en 2021, los actores digitales recibiesen un pago por promocionar productos en sus fotos o vídeos debían identificar de forma clara que estos posteos eran “anuncios”.

En el Reino Unido, la Autoridad de Normas de Publicidad (ASA, por su siglas en inglés) de dicho país prohibió a los influencers emplear filtros de belleza poco realistas en los anuncios.

Sin embargo, la norma aprobada los primeros días de junio en Francia se posicionó como pionera en lo que respecta a la regulación de la actividad de los denominados “influencers”, ya que les prohíbe generar contenido de promoción de “dietas peligrosas y consejos sobre cirugía estética”, entre otros aspectos. De este modo, esta nación penará el denominado “intrusismo médico”.

Según Alberto Cormillot, «¿qué es lo que pesa más en la mente de una persona? ¿La ciencia, las evidencias o las creencias? En algunos casos, la ciencia y la evidencia. En la gran mayoría, la creencia» / Archivo

Qué es el intrusismo médico

Se denomina “intrusismo médico” cuando una persona, sin título o experiencia sanitaria, brinda consejos sobre una enfermedad o cómo seguir una dieta específica. Según los expertos, este comportamiento se pueden contar por miles cuando se analizan las denuncias, reclamos y quejas que surgen de redes sociales. Incluso, distintos estudios realizados advirtieron sobre el impacto que tiene este comportamiento en gran parte de la población, en especial en los niños y adolescentes.

Asimismo, estos actores digitales, que son denominados como influencers en muchos espacios, pueden incluso autodenominarse como médicos, pero evitan brindar una matrícula, número habilitante para realizar prácticas médicas, o bien se apoyan en experiencias personales, dejando de lado aspectos esenciales del quehacer sanitario, como son su actualidad médica, historia clínica o enfermedades de base, popularmente conocidas como comorbilidades.

Al respecto, el médico nutricionista argentino Alberto Cormillot ha advertido a periodistas que “hay millones de búsquedas en Google y una de cada 20 es sobre salud. Es decir que, cada minuto hay 70 mil consultas sanitarias en este buscador, pero solo 1 de cada 10 llega a un lugar serio. Algunas personas consultan en internet antes de ir al médico, para después ver si corroboran con el profesional. Otras consultan primero con el médico para después corroborar con Google. Y otras consultan directamente con el buscador web en lugar de ir al médico. Y ahí es donde está la complicación porque es como una ruleta rusa. Todo depende de dónde haya caído”.

Los expertos advierten que quién habla desde el otro lado de la pantalla, debe conocer no solo el objetivo de su interlocutor, sino también su historia clínica / (istock)

“Son un curanderismo más”, resaltó el experto al advertir que esta situación también se advierte mediante Whatsapp, donde incluso, cuando se trata de dietas, se suma un coach. “No tienen validez científica, se trata de tratamientos basados en la superstición, por ejemplo el tratamiento de la obesidad es una combinación de atención médica, nutricional, actividad física y grupos de apoyo de personas recuperadas que complementan, pero no sustituyen al profesional de la salud”, agregó.

Sobre este mismo aspecto se había expresado la médica especialista en nutrición Mónica Katz, “Recibo pacientes que han estado en esos grupos como si fuera un tratamiento más. Son prácticas preocupantes porque usan estos espacios de Whatsapp sin que tengan evidencia científica de seguridad ni de eficacia. La persona que administra esos grupos sin ser médico o nutricionista no puede indicar un tratamiento”.

Y agregó: “Es un intrusismo médico: los que coordinan grupos para adelgazar están tratando pacientes con obesidad sin tener el título habilitado como médico o como nutricionista. Las autoridades sanitarias deberían ocuparse del problema, más allá de que aún no estén reguladas las redes sociales o las plataformas como Whatsapp. La salud se cuida con matrícula”.

La idea de que una persona que se autodenomina médico y evita mostrar sus credenciales debe encender las alarmas, advierten los especialistas / (Getty Images)

“En los últimos años se produjo el fenómeno de piedra libre para hablar sobre nutrición y alimentación pero esto se agravó últimamente, cuando personalidades populares con gran cantidad de seguidores, por ser modelos, panelistas, profesores de gimnasia, coach health, periodistas o simplemente no siendo nada pero habiendo logrado un cuerpo supuestamente perfecto comenzaron a usar sus redes como un medio de comunicación y transmisión de mensajes que muchos intentan seguir, sin saber si son recomendaciones realmente saludables o servirán personalmente para ellos”, había resaltado la médica especialista en Nutrición, Virginia Busnelli (MN 110351), en diálogo con Infobae.

De acuerdo con la experta, “entre los adolescentes, las redes juegan un rol importante que les permite ampliar y mejorar las relaciones sociales, acercar a las personas que están lejos y permite compartir experiencias de forma instantánea, algo que antes no era posible. Pero a la vez, en la red existe un vacío legal que permite que lamentablemente los malos hábitos o los patrones conductuales peligrosos se contagien”.

Qué son los influencers y qué definió Francia sobre su actividad

Según la Real Academia Española (RAE), la “voz influencer es un anglicismo usado en referencia a una persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales”. Asimismo, aclara que “como alternativa en español, se recomienda el uso de influyente”.

Katz destacó: «Son prácticas preocupantes porque usan estos espacios de Whatsapp sin que tengan evidencia científica de seguridad ni de eficacia» / (Getty Images)

En tanto, lejos de las definiciones semánticas, en el texto avalado por el Parlamento francés, se reconoce la actividad de los “influencers” (es decir que se la impone como una profesión) y se los define como personas físicas o jurídicas que, “a cambio de una retribución, comunican al público por medios electrónicos contenidos destinados a promocionar, directa o indirectamente, bienes, servicios o que con cualquier causa ejerzan la actividad de influencia comercial por medios electrónicos”. Asimismo, indica que, en menores de 16 años, su empleador debe asumir “las responsabilidades del contenido que publican”.

Ahora, en lo que respecta a la regulación de la actividad, además de sumarse a la aclaración de que las imágenes pueden haber sido retocadas, el Parlamento galo se dispuso la prohibición de acciones que tengan “influencia comercial por medios electrónicos”, ya sea de forma “directa o indirecta”, más aún cuando éstas “pongan en peligro la protección de la salud pública mediante la promulgación de información sobre técnicas, métodos y tratamientos estéticos, farmacológicos y quirúrgicos”. Una acción que se hace extensiva a productos que puedan “contener, aunque sea parcialmente, nicotina” o “prescripciones terapéuticas”.

Por último, a quienes infrinjan la Ley con prácticas comerciales engañosas, la norma gala impone multas de hasta 300 mil euros y penas de dos años de prisión. Mientras que si promocionan “en perfiles falsos servicios sanitarios, bebidas alcohólicas, servicios financieros, apuestas deportivas y juegos de azar” la sanción podría alcanzar hasta los 100 mil euros, con una prohibición en el ejercicio de su actividad, que puede ser temporal o permanente.

Con esta iniciativa, el Parlamento francés regulará la actividad que estos usuarios desarrollen en plataformas tales como Instagram y TikTok, con el objetivo de “luchar y acabar con malas prácticas”, además de “proteger a los consumidores”, según señaló el Ministerio de Economía y Finanzas francés, en marzo mediante redes sociales.

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