Desde el domingo las fuerzas del régimen sirio de Bashar al Assad han estado bombardeando fuertemente el enclave rebelde en Guta Oriental, en las afueras de Damasco, en preparación para el asalto terrestre de este territorio que se levantó en los inicios de la guerra civil.
Según diversas organizaciones humanitarias, al menos 250 civiles atrapados en el asedio han muerto en tres días por las bombas, cohetes y morteros que son lanzadas incesantemente por las tropas leales al gobierno.
Pero un fotógrafo de la cadena francesa AFP logró capturar el martes con su cámara los ataques perpetrados por aviones Sukhoi Su-34, un modelo que sólo usa la aviación de Rusia, la cual desde 2015 opera en el país con la excusa de prestar apoyo a Damasco en contra del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, en inglés).
Las imágenes demuestran una vez más lo que ya se ha reportado numerosas veces y que Moscú intenta ocultar: que sus aviones están atacando a todas las fuerzas opositoras a Al Assad y que, como este, no discriminan entre combatientes y civiles.
En las primeros bombardeos pudo verse el vuelo de los Mig-23, cazas de fabricación rusa que datan de la Guerra Fría y son utilizados por la fuerza aérea de Siria. Pero luego aparecieron también los Sukhoi Su-34, aviones de última generación que sólo operan Rusia y, en cantidades reducidas Argelia, y que prueban la participación de Moscú en la masacre.
Un importante hospital en el bastión rebelde de Guta oriental quedó el martes inutilizado por culpa precisamente de los bombardeos rusos.
«El hospital de Arbin fue atacado dos veces hoy y ahora está fuera de servicio», dijo Musa Naffa, director en Jordania de la Sociedad Médica Sirio-estadounidense (SAMS), que apoya a la clínica, a la AFP.
El hecho tiene lugar en luego de que la Organización de las Naciones Unidas afirmara que seis hospitales fueron atacados en Guta Oriental en las pasadas 48 horas y tres quedaron inutilizados, a lo que se agrega ahora el ataque mencionado por la SAMS.
El Observador Sirio de Derechos Humanos (OSDH) señaló que el hospital de Arbin, ciudad dentro del enclave, fue bombardeado dos veces por aparatos rusos, en el que sería el séptimo caso en dos días.
Según la ONG con sede en Londres, es la primera vez en tres meses que Rusia realiza ataques en Guta oriental, a la que se denominaba el año pasado «zona de distensión».
«Estoy conmovido y afectado por informes de espantosos ataques contra seis hospitales en Guta Oriental en las pasadas 48 horas», dijo por su parte Panos Moumtzis, coordinador regional humanitario para la crisis siria de Naciones Unidas.
Al menos 81 civiles murieron el martes, en una feroz campaña de bombardeos del régimen en la zona controlada por los rebeldes e iniciada el domingo, en presunta preparación para un asalto terrestre.
El número total de civiles muertos desde entonces, según el OSDH, es de al menos 250, a los que se agregan centenares de heridos.
Últimos bastiones rebeldes
El de Guta oriental es el último bastión rebelde en las afueras de la capital, y el presidente Al Assad parece mucho más determinado que nunca a tomarlo y retomar el control de Damasco, que se mantiene afectada por la guerra civil desde 2011.
Unas 400.000 personas viven sólo en esta región sitiada, y persisten enclaves rebeldes en los alrededores de Daara, en el sur; en Homs, en el oeste; y en Idlib, en el norte.
Además, las milicias kurdas y sirias de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), que son también opositoras al régimen, controlan grandes porciones de territorio en el norte, aunque Damasco no ha entrado en combates con ellos aún y se dispone a ayudarlos en su defensa contra una reciente invasión de Turquía.