El fiscal general de la República, Rodolfo Delgado, informó que El Salvador cerró 2024 con 114 homicidios, cerca de un 26 % menos que los registrados en 2023.
«Al 31 de diciembre de 2024, nuestro país registra cifras históricas en la reducción de homicidios intencionales», publicó Delgado en la red X y aseguró que fueron resueltos 112 de los 114 asesinatos.
La principal causa de los asesinatos fue la «intolerancia familiar» (45), tomando el segundo lugar la «intolerancia social» (35) y un tercer lugar la «delincuencia general» (34).
Las muertes violentas en El Salvador comenzaron a descender después de 2015, año que ha sido considerado como el más violento en la historia reciente salvadoreña con 103 homicidios por cada 100,000 habitantes, y la caída se acentuó en 2019, cuando comenzó la Administración de Bukele.
Según estadísticas gubernamentales, en los homicidios no se incluyen muertes de supuestos pandilleros en enfrentamientos con policías, el hallazgo de osamentas y muertes de supuestos delincuentes a manos de ciudadanos, casos que sí se incluían en las cifras de los Gobiernos anteriores, lo que arrojaría cifras maquilladas para efectos de propaganda de la Administración.
La baja en los asesinatos se redujo de manera sorprendente luego de la declaración de un estado de excepción por el gobierno de Nayib Bukele tras el asesinato de más de 80 personas en un fin de semana a finales de marzo de 2022, lo que, según investigaciones periodísticas fue producto de la ruptura de un pacto entre el Gobierno y las bandas criminales.
Diversas organizaciones humanitarias han recibido cerca de 7,000 denuncias de violaciones a derechos humanos por parte de la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ejército, principalmente por detenciones arbitrarias y torturas, y reportan más de 350 muertes de detenidos bajo custodia estatal, la mayoría con signos de violencia.