La República en Marcha, partido del presidente de Francia Emmanuel Macron, arrasó este domingo en la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia y consiguió la mayoría absoluta.
El bloque oficialista, creado hace poco más de un año, y su aliado centrista del MoDem barrieron a los principales partidos históricos de izquierda y derecha al asegurarse entre 355 y 403 escaños de 577, muchos más de los 289 necesarios para la mayoría absoluta en el Parlamento, según las estimaciones preliminares publicadas por los institutos de opinión.
Pese a la holgada victoria, la jornada electoral se vio empañada por un índice récord de abstención, que superará el 56%, de acuerdo a esos institutos. La victoria anunciada del partido del presidente, junto con un desinterés creciente por la política, ha disuadido a muchos votantes de acudir a las urnas.
«Obtenemos una mayoría clara pero al mismo tiempo los franceses no han querido firmar un cheque en blanco», comentó el portavoz gubernamental Christophe Castaner.
La mitad de los nuevos diputados no han ocupado nunca cargos electos y proceden de la sociedad civil, habrá muchos más jóvenes y mujeres, y una mayor diversidad étnica.
El presidente más joven de la historia de Francia -tiene 39 años-, y prácticamente desconocido hace apenas tres años, se ha fijado como prioridad reformar el país con un abanico de propuestas socio-liberales.
La nueva Asamblea Nacional empezará por votar tres proyectos de ley: uno sobre la moralización de la vida pública, tras una campaña por diferentes escándalos político y financieros; otro para reforzar las medidas de seguridad contra el terrorismo; y un tercero sobre la reforma del código del trabajo.
Marine Le Pen, ex candidata a la presidencia y líder del Frente Nacional, fue elegido por primera vez como diputada. Su bloque, en tanto, obtuvo al menos seis bancas, cuatro más de las actuales.