El Louvre se une al italiano Museo de Capodimonte en una colaboración inédita que permite “traer Nápoles a París”, con una exposición que, a partir de este miércoles y hasta enero de 2024, reúne las principales obras de arte del renacimiento italiano.
El objetivo de ambas instituciones es conseguir que las obras insignia del Louvre se mezclen con las del Museo de Capodimonte, dando a los visitantes una visión única del arte italiano de entre los siglos XIV y XVII.
Así, más de setenta de las grandes obras maestras del museo napolitano se expondrán en una de las salas más prestigiosas del Louvre, la Grande Galerie, junto con las pinturas la colección parisina, creando un diálogo constante entre ambas.
“Es un proyecto excepcional porque mezclamos una colección con la otra. Esto nunca se había hecho”, explica a la agencia de noticias de España EFE Sébastien Allard, director del departamento de pintura del Louvre y comisario de la exposición.
Danae de Tiziano, La Transfiguración, de Bellini o La Flagelación, de Caravaggio son algunas de las pinturas que aporta el Capodimonte, cuyo director, Sylvain Bélanger, ve en la reunión de las obras de ambos museos “un acontecimiento” que da a estos cuadros “una fuerza que no tienen en Nápoles”.
Sin embargo, el vínculo histórico de Aragón y luego España con el reino de Nápoles, que perteneció a sus territorios entre los siglos XV y XVIII, hace que entre las obras traídas a París se cuele algún nombre español.
“Hubo un gran número de artistas nacidos en España que trabajaron en Nápoles, el más prestigioso de los cuales fue José de Ribera, uno de los grandes maestros del Barroco napolitano”, recuerda Allard sobre el conocido como “lo spagnoletto”.
Capodimonte, un palacio construido por Carlos III
Dos salas más continúan esta colaboración: por un lado, la Sala de la Chapelle, un espacio dedicado a la historia del Museo de Capodimonte, antiguo palacio borbón construido en el siglo XVIII por Carlos VII (que luego fue Carlos III en España), ligada estrechamente a la ciudad italiana. Nápoles.
Por otro, la Sala del Reloj, en la que se expone una colección de cartones napolitanos, es decir, los dibujos preparatorios que realizaban los artistas para transferir sus obras al soporte deseado.
Entre ellos, aparecen varios de los realizados por Miguel Ángel y Rafael para obras como Crucifixión de San Pedro o Moisés esconde la cara ante el arbusto en llamas, que posteriormente se pintarían en el palacio del Vaticano.
“Son obras excepcionales que vemos muy raramente y que el Museo de Capodimonte no presta en general”, valora Allard.
Esta exposición, que será visitada mañana martes 7 de junio con los presidentes de Francia e Italia, Emmanuel Macron y Sergio Mattarella, abre una “temporada napolitana” en París, durante la cual se realizarán diferentes actividades en el Museo del Louvre a lo largo de los próximos seis meses.
El conocido como Cinema Paradiso Louvre proyectará tres películas de temática italiana y varias cintas relacionadas con Nápoles, y el museo albergará habrá representaciones teatrales del dramaturgo Eduardo de Filippo, nacido en esa ciudad.
La música también tendrá su protagonismo en este tiempo, con el grupo moderno napolitano Nu Genea y conciertos clásicos y representaciones de óperas, de autores o temáticas relacionadas con Italia o Nápoles.