El Gobierno del presidente Nayib Bukele se comprometió a conseguir un programa de financiamiento con el FMI después de las elecciones de 2024 y aseguró que había “negociaciones productivas”, después de que no avanzaran las pláticas en 2021 por la destitución de los jueces de la Corte Suprema de Justicia y el fiscal general y la adopción del bitcoin.
Ahora, el banco de inversión Barclays advirtió el martes «Sospechamos que el sistema de pensiones está financiando al gobierno a través de planes de préstamos a través del nuevo organismo de pensiones, ISP y bancos comerciales».
El compromiso del Gobierno de El Salvador de lograr un programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sigue siendo difícil de alcanzar en el corto plazo, la transparencia fiscal ha empeorado y los fondos de pensiones locales continúan proporcionando un goteo constante de financiamiento, advirtió Barclays.
En un reporte de la entidad financiera titulado “El Salvador: débiles resultados fiscales y débiles perspectivas para el FMI” se explica que los resultados fiscales iban “bien” a noviembre de 2023, pero la capacidad para conseguir recursos nuevos procedentes de otras instituciones multilaterales ha disminuido, mientras que las alternativas en el mercado local son limitadas.
El déficit fiscal «es estable» a una tasa de un 1,8 % del Producto Interno Bruto para 2024, pero la trayectoria de la deuda pública crece con “preocupación” en hasta un 83,1 % del PIB (incluyendo los compromisos de pensiones).
Además, la financiera anticipa una desaceleración económica para 2024, que comprometerá los ingresos fiscales por lo que se prevé que el Ejecutivo utilice los gastos de capital como “motor económico”.
La entidad financiera recomienda a los tenedores vender los eurobonos conformados por US$601,1 millones a un cupón de 8,62 % con vencimiento para 2029 y propone cambiar las notas de 2052 por US$1.000 millones con una tasa de interés de un 9,5 % a un vencimiento en 2050 por un 7,1 %.