En octubre de 2019, investigadores del FBI en Ohio lograron desbloquear un iPhone 11 Pro Max utilizando una herramienta llamada GrayKey, desarrollada por una compañía privada, según publica Forbes. El teléfono pertenecía a Baris Ali Koch, que fue acusado de ayudar a su hermano, sobre quien pesa una condena, a escapar del país.
El desbloqueo del teléfono ocurrió entonces en el marco de una investigación criminal. El 16 de octubre, la jueza Stephanie Bowman autorizó una orden de registro para el aparato, que se encontraba bloqueado. Los oficiales, para avanzar con su pesquisa, lograron extraer la información sin ayuda de Apple empleando la herramienta mencionada anteriormente, según surge de la documentación mencionada.
GrayKey es un dispositivo de desbloqueo, desarrollado por la empresa GrayShift. Este método requiere acceso físico al smartphone, ya que hay que conectarlo a la pequeña caja a través del puerto Lightning. Una vez hecho esto, el sistema ejecuta una serie de métodos para desbloquear el iPhone, probablemente mediante el proceso denominado “fuerza bruta”, es decir probando todas las combinaciones posibles hasta encontrar aquella clave que permite el acceso.
El atentado de Pensacola
El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, y el presidente Donald Trump reclamaron a Apple que desbloquee los iPhones 5 y 7 que fueron utilizados por el supuesto autor del atentado terrorista en la base militar estadounidense de Pensacola, que mató a tres personas en diciembre de 2019.
Teniendo en cuenta que, según surge del análisis publicado por Forbes, el FBI habría sido capaz de desbloquear un iPhone 11 con el dispositivo GrayKey, la duda es por qué no emplea ese equipo también para acceder a los iPhone 5 y 7 que fueron empleados en el atentado. Se sabe que estos dispositivos también funcionan para destrabar equipos más antiguos (como son el iPhone 5 y 7). Sin embargo el gobierno de Estados Unidos le reclama a Apple que los desbloquee. Trump, por medio de un tuit, acusó al gigante de Cupertino de negarse a hacerlo.
Trump señala que su gobierno ayuda a la compañía “todo el tiempo” a hacer mejores negocios, lo que debería generar en Apple un compromiso por ayudar a “desbloquear teléfonos usados por asesinos, narcotraficantes y otros criminales violentos”. Su mensaje derivó en respuestas de rivales políticos.
La oficina del senador demócrata Ron Wyden le dijo a Forbes que le pidió al Departamento de Justicia que explique por qué está demandando públicamente puertas traseras de acceso a los teléfonos, si ya utilizó herramienta mencionada para acceder al iPhones 11, que es más nuevo y supone mayor nivel de seguridad que los modelos más antiguos.
Apple, por su parte, dijo que colaboró con la justicia al haberle entregado todos los datos relevantes del caso que estaban en iCloud. No hicieron comentarios sobre el uso de GrayKey por parte del FBI. “Rechazamos la definición de que Apple no ha proporcionado ayuda sustancial en la investigación de Pensacola. Nuestras respuestas a las varias peticiones desde el ataque han sido rápidas, completas y están en marcha”, dijo un vocero de la empresa en un comunicado difundido por Bloomberg.
Apple dijo que respondió en pocas horas las peticiones de información que le hizo el FBI, entre el 6 y el 14 de diciembre. En este sentido, ofreció las copias de seguridad en la nube, así como información de la cuenta y transacciones realizadas. De acuerdo con el gigante de Cupertino, ellos le ofrecieron al FBI toda la información que tienen disponible.
“Continuaremos trabajando con el FBI, y le ordenamos a nuestros equipos de ingenieros que proporcionen asistencia técnica adicional”, dijo la compañía. Por otra parte, Si bien Apple no abordó directamente el problema del desbloqueo de iPhones, reiteró en el comunicado su posición en contra de crear puertas traseras para que los investigadores puedan acceder a sus equipos.
“No existe una puerta trasera solo para los buenos”, dijo la compañía. “Las puertas traseras también pueden ser explotadas por aquellos que amenazan nuestra seguridad nacional y la seguridad de los datos de nuestros clientes”.
Cabe recordar que Apple vivió una situación similar cuando ocurrió el atentado terrorista de San Bernardino en 2015 que causó 14 muertos. En aquella oportunidad, los investigadores gubernamentales tuvieron que pagar a un grupo de expertos de una empresa privada para poder acceder a los iPhones utilizados por los autores del atentado.