Donald Trump se convirtió este lunes en el primer mandatario extranjero en reunirse con el nuevo emperador de Japón, Naruhito, durante una ceremonia en el palacio imperial de Tokio.
Este lunes, las banderas de Japón y Estados Unidos decoraban la parte externa del palacio, donde se ejecutaron también los dos himnos nacionales. Naruhito ascendió al trono a inicios de mayo luego de la abdicación de su padre, Akihito.
En la noche del domingo, luego de una cena con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, Trump sugirió que el encuentro con Naruhito era el verdadero plato fuerte de la visita que realiza a Tokio.
«Mañana [por este lunes] es realmente el principal evento. Un evento muy importante en la historia de Japón», dijo el mandatario estadounidense. «Es un gran honor representar a Estados Unidos» en esa reunión.
La abdicación de Akihito fue la primera en poco más de dos siglos en Japón.
En su visita, Trump y Abe mostraron una gran proximidad personal, al punto que ambos jugaron al golf y posaron para fotografías como viejos amigos.
Sin embargo, los dos líderes tienen aún pendiente una reunión bilateral para discutir un tema extraordinariamente delicado: la relación comercial entre los dos países.