Diez consejos prácticos para ser felices (basados en la evidencia científica)

Dicen que la  felicidad no se busca, que se encuentra y, sin lugar a duda, uno de nuestros objetivos en la vida es dar con ella. Desde la publicidad, las redes sociales, las revistas, nos instan a conseguirlo, pero no siempre lo que nos proponen está basado en la evidencia científica. Las estanterías de las librerías están repletas de  libros de autoayuda y manuales que te ofrecen caminos que se pueden tomar para alcanzar este bien tan preciado, pero dado que no hay un patrón que sirva para todos lo seres humanos, cada individuo debe ir descubriendo qué es lo que le hace feliz. 

Silvia Álava, autora de ‘  Por qué no soy feliz’, revela a continuación cuáles son

 las situaciones que más nos hacen felices a las personas, es decir, las que compartimos casi todos los seres humanos. Pese a las circunstancias que estamos viviendo, hemos querido rescatar una serie de consejos que pueden contribuir a incrementar nuestra felicidad y que además cuentan con el respaldo de la investigación científica.

La  felicidad existe aún en las situaciones más difíciles. Hoy más que nunca, disfrutemos de las pequeñas cosas que nos proporciona la vida y trabajemos cada día, de forma proactiva, por incrementar nuestra felicidad. Para aumentar nuestra felicidad debemos pasar a la acción, y este 20 de marzo, Día Mundial de la Felicidad, podemos empezar a avanzar en este camino:

1. Pasar tiempo con amigos o familiares. Todas las personas nos sentimos más felices cuando estamos con otras personas, cuando nos sentimos integrados y sentimos que pertenecemos a un grupo o una familia. Si tuviéramos que traducir toda la literatura científica de las causas de la felicidad humana en una sola palabra sería ‘social’. Somos con diferencia la especie más social de la Tierra. «Si tuviera que predecir tu felicidad y solo pudiera saber una cosa de ti, no me interesaría conocer tu sexo, religión o ingresos. Querría saber sobre tu red social: amigos, compañeros de trabajo, familiares… y la solidez de tus lazos con ellos», confiesa Silvia Álava.

2. Hablar con los amigos y compañeros. Cuidar las relaciones sociales. Cuidar y quedar con los amigos y hacer nuevas amistades también se relaciona con la felicidad.

3. Llevar un ‘Diario de Gratitud’, anotar cada día, al menos, tres cosas por las que estamos agradecidos, o aquello que más nos han gustado del día, tomando el tiempo de reflexión necesario para ser conscientes de las cosas buenas. Aumentará nuestra satisfacción general y nos ayudará a dormir con un espíritu más positivo.

4. Trabajar por una causa mayor. Tener un fin, un objetivo en la vida que nos mantenga con energía, por el que levantarse cada mañana.

5. Realizar actos altruistas. Ofrecer nuestro tiempo y nuestro dinero es una vía para alcanzar la felicidad, compartir, dar lo que no necesitamos y que para otros puede significar todo un tesoro, es una gran labor que todos podemos realizar.

6. Enviar mensajes positivos. «Reforzar los comportamientos positivos de los demás y aprender a enviar mensajes de refuerzo y en positivo, incrementará nuestras emociones positivas y hará que nos sentimos más felices», explica la experta.

7. Hacer como mínimo 30 minutos de ejercicio al día. Cuando nos movemos segregamos endorfinas que hacen que nos sintamos mejor.

8. Dar las gracias. La gratitud es uno de los mayores predictores de la felicidad. Cuando agradecemos las cosas que hacen por nosotros las personas que nos rodean, incrementamos nuestra felicidad.

9. Tener ilusión porque llegue algo. Crear y fomentar nuestras propias ilusiones: las cosas tienen la importancia que nosotros les damos, no hace falta que sean cosas materiales en las que tengamos que gastar dinero, incluso, mejor si el dinero no interviene: dar un paseo, charlar con un amigo, disfrutar de una buena comida…

10. Reforzar nuestras virtudes. Cada vez que utilizamos una habilidad, sea la que sea, experimentamos un subidón de positivismo. Especialmente cuando ejercitamos una fortaleza de nuestro carácter, un rasgo propio y arraigado en nosotros. Por eso es importante pararnos a observar, saber cuáles son nuestras fortalezas y ser conscientes de que las estamos poniendo en práctica.

Con información de ABC de España

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