Descubren en el país un enterramiento de 2500 años de antigüedad

Unos arqueólogos descubrieron un enterramiento de dos individuos de unos 2.500 años de antigüedad junto a unas vasijas de cerámica, en el municipio de Quelepa, departamento de San Miguel, anunciaron el martes los descubridores.

«De acuerdo a las ofrendas de cerámica encontradas, el entierro pertenece al período Preclásico Medio (1200 a.c al 400 a.c)», declaró a periodistas la arqueóloga Michelle Toledo, de la Secretaría de Cultura.

A menos de un metro de la superficie, «los individuos se encontraban uno sobre otro, el primero de ellos en posición decúbito lateral derecho flexionado, y el segundo en posición decúbito dorsal flexionado, este último con la característica de que sobre su cráneo se encontraba un cuenco», relató Toledo.

El descubrimiento se produjo luego de un estudio de la arqueóloga realizado desde junio pasado, en un terreno próximo a un sitio arqueológico en el poblado de Quelepa, en el oriente del país, donde se pretende desarrollar una urbanización.

Las ofrendas encontradas alrededor de las osamentas, según Toledo, se explican por que «el paso al inframundo era una situación complicada», debido a que los nativos suponían que se enfrentaban a sufrimientos en el más allá y sus allegados les colocaban provisiones.

El entierro es considerado «aislado» por cuanto no estaba asociado a una zona de entierros y no formaba parte de un contexto de ofrenda hacia una estructura prehispánica.

Entre el material asociado al entierro se encontraron otros cuatro cuencos, dos vasijas y una mano de metate que corresponderían a la antigua fase Uapala (500 a 400 a.c) y que son similares a las descritas por el arqueólogo estadounidense Edward Wyllys Andrews en el sitio arqueológico de Quelepa a finales de la década de 1970.

Quelepa es un sitio precolombino en el oriente de El Salvador, donde se produjo una mezcla de población de Mesoamérica con civilizaciones que llegaron del sur.

Las osamentas fueron trasladadas desde Quelepa hasta un laboratorio del Museo Nacional, en San Salvador, donde los investigadores lavarán dicho material, que pasará a formar parte de la colección nacional de arqueología.

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