Clasificar la “bitcoinización” de El Salvador como éxito o fracaso resulta un tanto difícil de analizar porque cuenta con varios objetivos: Las deseadas y no conseguidas ganancias para las finanzas públicas, la inclusión financiera y lo más importante para la propaganda de Estado, la reputación de Nayib Bukele, el flamante presidente que se repetirá el término, a pesar de ser una acción inconstitucional.
Existe una página web en la que se estima que El Salvador ha perdido 37% del valor de sus inversiones en Bitcoin, es decir 45 millones de dólares, gracias a la caída del precio del activo digital desde el año 2021.
Se calcula que en la actualidad, El Salvador cuenta con unos 76.5 millones de dólares en Bitcoin, aunque no se especifica información acerca de quién lo maneja y mucho menos acerca de sus dueños.
Uno de los grandes beneficios de las criptomonedas debía haber sido la rapidez con la que se puede efectuar el envío de remesas desde el extranjero, sin embargo, solamente el 1.3% de estas se transfirieron mediante el uso de las billeteras digitales con criptomonedas.
En la actualidad, el uso de bitcoin en El Salvador no cumple con objetivo alguno, mas que ser un instrumento de propaganda.