Desde navegar en internet, revisar redes sociales, hasta utilizar aplicaciones de videollamadas o reproducir contenido multimedia, la batería del celular durante el día se ve sometida a un uso intensivo que puede llevar a su descarga más rápida de lo esperado.
De hecho, uno de los principales factores de insatisfacción entre los usuarios de teléfonos inteligentes es precisamente la duración limitada de la batería, uno de los factores por los que se orientan a comprar uno nuevo.
Esta preocupación es aún mayor en un contexto en el que las aplicaciones y funcionalidades demandan cada vez más recursos, afectando la capacidad del dispositivo para mantener su carga. Por esto, presentamos algunas formas para mitigar el consumo energético y prolongar la autonomía sin comprometer el uso del dispositivo.
Cómo ahorrar energía con ciertas configuraciones en el celular
Uno de los mayores consumidores de energía en un dispositivo móvil es la pantalla. Estudios de Counterpoint Research revelan que reducir el brillo de la pantalla a niveles más bajos puede extender la duración de la batería hasta en un 20%.
Para maximizar la eficiencia, se recomienda activar el “brillo automático”, una función que ajusta la intensidad de la luz de acuerdo con el entorno. Además, el uso del modo oscuro, disponible en la mayoría de los teléfonos inteligentes, ayuda a reducir el consumo de energía, especialmente en pantallas OLED.
Asimismo, las conexiones de datos, WiFi y Bluetooth pueden agotar la batería de manera significativa cuando permanecen activas sin necesidad. Un estudio de la Global System for Mobile Communications Association indicó que la conexión constante puede representar hasta el 15% del uso total de la batería, incluso en modo inactivo.
Además, las aplicaciones que utilizan el GPS, como mapas y servicios de transporte, son especialmente intensivas en el consumo de energía. Se sugiere que desactivar la localización en segundo plano puede ahorrar un porcentaje considerable de batería a lo largo del día.
Cómo gestionar correctamente el uso de las aplicaciones en el celular
La mayoría de las aplicaciones están configuradas para recibir notificaciones en tiempo real y actualizarse automáticamente en segundo plano. Esto no solo afecta el rendimiento del dispositivo, sino también su autonomía. Un informe de TechInsights destacó que estos factores pueden ser responsables de hasta un 10% de la descarga diaria de batería.
Para evitarlo, hay que desactivar las actualizaciones automáticas y configurar las notificaciones de manera selectiva. De esta manera, se puede elegir qué aplicaciones pueden enviar alertas y con qué frecuencia se actualizan los contenidos. La sincronización manual de correo electrónico y otras aplicaciones puede reducir considerablemente el consumo energético.
También, no todas las aplicaciones consumen la misma cantidad de batería, y algunas pueden seguir funcionando en segundo plano, drenando energía innecesariamente. Las aplicaciones de redes sociales, como Facebook e Instagram, y los servicios streaming son los mayores responsables del consumo energético en dispositivos móviles.
Para mitigar este impacto, es recomendable revisar regularmente el uso de batería en la configuración del teléfono, y limitar las actividades en segundo plano de las aplicaciones que no son esenciales. Además, cerrar manualmente las aplicaciones después de usarlas puede evitar que sigan consumiendo energía de manera innecesaria.
Cuándo usar el modo de ahorro de batería en el celular
Muchos dispositivos cuentan con un “modo de ahorro de batería” que reduce automáticamente el rendimiento del procesador, limita la actividad de las aplicaciones en segundo plano y disminuye el brillo de la pantalla.
Según diversos estudios, activar el modo ahorro de energía puede aumentar la duración de la batería entre un 10% y un 25%, dependiendo del modelo y las condiciones de uso del dispositivo.
Este modo es particularmente útil cuando se tiene una carga baja o se prevé un uso prolongado sin acceso a un cargador. Algunos teléfonos también ofrecen modos de ahorro ultra, que restringen aún más las funciones, permitiendo solo el uso básico del dispositivo.