Estados Unidos ha financiado y equipado silenciosamente a agentes de la élite de la Policía Nacional Civil (PNC) en El Salvador acusados de ejecutar ilegalmente a pandilleros, según ha publicado en exclusiva CNN.
Las sucesivas administraciones estadounidenses han inyectado decenas de millones de dólares a las fuerzas y cuerpos de seguridad salvadoreños para apuntalar el programa «Mano Dura» del Gobierno, lanzado por primera vez en 2003 pero redoblado en 2014 para enfrentar el creciente problema de pandillas en el país.
Sin embargo, la policía del país será acusada el mes próximo de «un patrón de comportamiento del personal de seguridad que asciende a ejecuciones extrajudiciales», de acuerdo a un informe de Naciones Unidas al que tuvo acceso previamente CNN. El documento también llamará a las fuerzas de seguridad salvadoreñas a romper un «ciclo de impunidad» en que los asesinatos rara vez son castigados.
Una unidad policial que mató a 43 supuestos miembros de pandillas en los primeros seis meses del año pasado recibió importantes fondos estadounidenses, revela el canal de noticias estadounidense. Varias de esas muertes han sido investigadas como asesinatos por la PNC.
Los destinatarios exactos y la naturaleza de los fondos estadounidenses para la policía salvadoreña están envueltos en secreto. Los documentos disponibles raramente especifican qué unidades se benefician de los 67.9 millones de dólares en ayuda total entregados en 2016, y los 72.7 millones de dólares del año pasado, pero sí dicen que «unidades examinadas» obtienen asesores del FBI y la DEA.
La asistencia estadounidense al FES y su sucesora expone los duros compromisos morales asumidos en la lucha contra grupos como MS-13, una pandilla criminal salvadoreña que comenzó en Los Ángeles en la década de 1980 pero que desde entonces se ha extendido por las Américas y tiene alrededor de decenas de miles de miembros principales en El Salvador.