El secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se reunió el pasado lunes con la ministra de Exteriores, Alexandra Hill, a quien le planteó la defensa de los Derechos Humanos en El Salvador, foco de críticas desde la comunidad internacional por la forma en la que se lleva a cabo la ofensiva del Gobierno de Nayib Bukele contra las pandillas.
El portavoz de Blinken, Matthew Miller, indicó en una misiva dirigida a la prensa que en la reunión se abordaron una serie de temas «clave» en la relación bilateral entre ambos países «y una variedad de temas regionales», que incluyen «la buena gobernanza, los Derechos Humanos, la prosperidad económica inclusiva y el manejo de la migración».
«El Salvador sigue siendo un socio importante en el avance de estos objetivos regionales», indicó el secretario de Estado, mientras que Hill destacó «los históricos logros» en cuanto a «seguridad nacional, lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado y la disminución de la migración irregular».
La canciller remarcó que «El Salvador ahora es reconocido internacionalmente, con cifras verificables, como el país más seguro de América Latina», puesto que «la violencia, la extorsión, la criminalidad son ahora cosas del pasado».
El Gobierno salvadoreño decretó en marzo del año pasado el estado de excepción tras una sucesión de jornadas violentas en el país. Desde entonces ha sido prorrogado en 16 ocasiones y ha facilitado la detención de más de 70.000 presuntos pandilleros. La medida no ha estado exenta de polémica pues, a pesar de que parte de la población valora los resultados, más allá de las fronteras salvadoreñas se suceden denuncias por violaciones de Derechos Humanos.