Barack Obama criticó la prohibición de libros: “Es profundamente erróneo y contrario a lo que ha hecho grande a este país”

El ex presidente de los Estados Unidos Barack Obama dio un fuerte respaldo a los bibliotecarios y criticó la cultura de la cancelación por la cual algunos libros históricos o contemporáneos son prohibidos para no ofender a diferentes colectivos de la sociedad. En una carta dirigida a la American Library Association (ALA), Obama remarcó que leer sobre personas cuyas vidas eran muy distintas a la suya le enseñó a ponerse en el lugar de otra persona y que cree que esa postura de prohibición de obras memorables es “profundamente errónea” y contrario a lo que hizo grande a aquel país.

Los bibliotecarios están siendo acosados en algunos estados en los que la legislación local prohíbe algunos textos que considera puede ser perjudicial y sensibles para algunos sectores de la sociedad. En algunos casos, incluso, estos trabajadores pueden enfrentar causas penales.

En cualquier democracia, el libre intercambio de ideas es una parte importante para garantizar que los ciudadanos estén informados, se comprometan y sientan que sus puntos de vista importan”, dijo el ex presidente norteamericano en una carta que compartió en sus redes sociales este lunes. “Es tan importante que, aquí en Estados Unidos, la Primera Enmienda de nuestra Constitución establece que la libertad comienza con nuestra capacidad de compartir y acceder a las ideas, incluso, y quizá especialmente, a aquellas con las que no estamos de acuerdo”.

Obama, un lector voraz que suele compartir sus preferencias literarias a sus seguidores, continuó su defensa de la libre expresión y de la inalterabilidad de las obras que moldearon su pensamiento y el de varias generaciones: “Los libros siempre han influido en mi forma de ver el mundo. Escritores como Mark Twain y Toni Morrison, Walt Whitman y James Baldwin me enseñaron algo esencial sobre el carácter de nuestro país. Leer sobre personas cuyas vidas eran muy distintas de la mía me enseñó a ponerme en el lugar de otra persona. Y el simple acto de escribir me ayudó a desarrollar mi propia identidad, algo que resultó vital como ciudadano, como organizador comunitario y como presidente”.

“Hoy en día, algunos de los libros que dieron forma a mi vida -y a la de tantos otros- están siendo cuestionados por personas que no están de acuerdo con determinadas ideas o perspectivas. No es casualidad que estos ‘libros prohibidos’ estén a menudo escritos o protagonizados por personas de color, indígenas y miembros de la comunidad LGBTQ+, aunque también ha habido casos desafortunados en los que libros de autores conservadores o libros que contienen palabras o escenas ‘desencadenantes’ han sido objeto de retirada. En cualquier caso, el objetivo parece ser silenciar, en lugar de comprometerse, rebatir, aprender o tratar de comprender opiniones que no coinciden con las nuestras”, dijo Obama.

El referente del Partido Demócrata continuó: “Creo que este enfoque es profundamente erróneo y contrario a lo que ha hecho grande a este país. Como ya he dicho antes, no sólo es importante que los jóvenes de todas las clases sociales se vean representados en las páginas de los libros, sino que también es importante que todos nos comprometamos con ideas y puntos de vista diferentes”.

Barack Obama escribió una carta donde critica la edición de libros históricos (Instagram)

También es importante comprender que el mundo nos observa. Si Estados Unidos -una nación construida sobre la libertad de expresión- permite que se silencien ciertas voces e ideas, ¿por qué deberían otros países hacer lo posible por protegerlas? Irónicamente, son los textos cristianos y otros textos religiosos -los textos sagrados que algunos de los que piden la prohibición de libros en este país afirman querer defender- los que a menudo han sido el primer objetivo de los esfuerzos de censura y prohibición en los países autoritarios”, subrayó.

En ese sentido, defendió la labor de los bibliotecarios a quienes colocó en “la primera línea” de esa confrontación diaria y cotidiana. “Nadie lo entiende mejor que ustedes, los bibliotecarios de nuestro país. En un sentido muy real, estáis en primera línea, luchando cada día para dar a conocer la mayor variedad posible de puntos de vista, opiniones e ideas, y decidir por nosotros mismos con cuáles estamos de acuerdo”.

“Por eso quiero tomarme un momento para daros las gracias a todos por el trabajo que hacéis cada día, un trabajo que nos ayuda a entendernos unos a otros y a abrazar nuestra humanidad común. Y no se trata sólo de libros. También proporcionáis espacios donde la gente puede reunirse, compartir ideas, participar en programas comunitarios y acceder a recursos cívicos y educativos esenciales. Juntos, ayudáis a las personas a convertirse en ciudadanos informados y activos, capaces de hacer de este país lo que quieren que sea”, continuó Obama.

El ex presidente entre 2009 y 2017 enfatizó que ese trabajo es hecho “en un clima político difícil en el que, con demasiada frecuencia, sos atacados por personas que no pueden o no quieren entender el papel vital -únicamente estadounidense- que desempeñáis en la vida de nuestra nación. Así que, tanto si acabas de empezar a trabajar en una biblioteca pública o escolar, como si llevas toda tu carrera, Michelle y yo queremos darte las gracias por tu inquebrantable compromiso con la libertad de leer. Todos tenemos una deuda de gratitud con vosotros por asegurar que los lectores de todo el país tengan acceso a una amplia gama de libros y a todas las ideas que contienen”.

“Por último, a todos los ciudadanos que lean esto, espero que se unan a mí para recordar a todo el que escuche -e incluso a algunas personas que ustedes creen que no- que el intercambio libre y sólido de ideas siempre ha estado en el corazón de la democracia estadounidense. Juntos, podemos hacer que eso sea cierto para las generaciones venideras”, concluyó.

Más de 2.500 títulos fueron impugnados en 2022, una cifra récord, según los datos recogidos por la ALA, que también registró que el número de impugnaciones de libros casi se duplicó con respecto al año anterior. Un reciente análisis del diario The Washington Post descubrió que solo en los últimos dos años, al menos 19 estados han aprobado o considerado proyectos de ley que castigarían a los bibliotecarios con penas de prisión o cárcel por proporcionar a los menores libros “dañinos”, obscenos o sexualmente explícitos.

Texas lidera la nación en intentos de prohibiciones de libros en las bibliotecas escolares, según una encuesta de PEN América del año escolar 2021-2022, y se encuentra entre los estados donde los legisladores han presentado proyectos de ley que facilitarían el enjuiciamiento de los bibliotecarios. El diario The Houston Chronicle informó que desde 2021 la policía había sido llamada a las bibliotecas escolares y públicas de Texas al menos cinco veces para examinar libros en busca de contenido ilegal.

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