La Asamblea Legislativa aprobó el miércoles un préstamo suscrito con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por $235 millones para financiar el “Programa de salud inteligente e integral”.
El programa está diseñado para tener una duración de cinco años y el plazo fijado para el préstamo es de 25 años, además, de cinco años de gracia.
El programa que se financiará con estos recursos es el de Salud Inteligente e Integral (PROSINT), que daría prioridad a enfermedades como el cáncer, hipertensión y diabetes «por medio de la implementación física y digital de un modelo de atención y gestión integral en red».
Del monto total, 50 millones serían destinados a la implementación de un «Modelo de Salud Digital» y 142,35 millones para ampliar la cobertura especializada.
Este préstamo fue aprobado y ratificado pese a que el presidente Nayib Bukele ha prometido que a partir de 2025 el país no gastaría más de lo que consume, por lo que el país no asumiría más deuda.
«El Salvador ya no gastará más de lo que produce anualmente, ni siquiera vamos a prestar dinero para pagar los intereses de las deudas que nos heredaron. Hasta eso lo pagaremos de nuestra propia producción», dijo el pasado 15 de septiembre.
Dijo que el presupuesto de 2025 estará financiado totalmente, «sin la necesidad de emitir un solo centavo de deuda para gasto corriente».
Algunas de las más importantes agencias calificadoras de riesgo han señalado la necesidad constante de financiación externa de El Salvador como una debilidad para su economía.
Al cierre de 2023, la deuda pública total de El Salvador llegó a 20,097,64 millones de dólares, de los que 12,088,61 millones corresponden a deuda externa. Estas cuentas no incluyen la deuda de pensiones que llegó a 9,916 millones y ha ido incrementando.