Por lo que había sucedido en la primera jornada y sobre todo por la calidad de ambos seleccionados, España y Alemania prometían jugar un partidazo para cerrar el domingo mundialista. Y aunque el marcador terminó 1-1, con menos goles de los esperados, la imagen dejada por ambos sostiene la sensación de haber visto a dos de los máximos candidatos al título del Mundial Qatar 2022.
El primer tiempo fue para España, con su juego asociado y de constante movilidad de hombres y de balón. Alemania resistió en su campo y buscó lastimar de contraataque, con pocas luces. Álvaro Morata, tras una asistencia perfecta de Jordi Alba, marcó el 1-0 al comienzo de la segunda parte.
Una vez que Alemania se vio abajo en el marcador, el partido cambió. Por la urgencia de quedar sin puntos, por el ingreso de un Leroy Sané que le reclama más minutos a Hansi Flick y por el talento de un Jamal Musiala que con tan solo 19 años, ya es la principal carta ofensiva de los alemanes.
El empate llegó justamente con esos nombres, Sané y Musiala, conectando con el tanque Niclas Füllkrug, quien le rompió la portería a Simón para estampar el 1-1 final y demostrar que al menos en el banco de suplentes, Alemania sí tiene uno de esos centrodelanteros clásicos con los que no suele iniciar los partidos. Algo a la vez comparable con la situación de España y del otro goleador del partido, Morata.
España y Alemania empataron en un partidazo, que deja una idea en el aire: podría no ser la última vez que los vemos frente a frente en este Mundial.